Rosas para los ‘arrantzales’
Bermeo abre con una ofrenda floral el homenaje a las víctimas de la galerna de 1912 Una procesión silenciosa de embarcaciones recordará el drama
La escultura Azken olatua, azken arnasa (“La última ola, el último aliento”), de Enrique Zubia, recuerda en el puerto de Bermeo a los desparecidos faenando en el mar. La alcaldesa, Idurre Bideguren, de Bildu, colocó ayer a los pies de la obra un ramo de flores con rosas azules, el color de la ropa de los arrantzales. Otros ramos y unas sencillas flores de geranio compusieron la ofrenda floral, que abrió ayer el programa de conmemoración del centenario de la galerna de 1912, que se cobró 143 víctimas, la mayoría pescadores de Bermeo.
Una representación de teatro popular, una concentración de embarcaciones tradicionales, un espectáculo de luces, la presentación de un documental y un cortometraje, entre otras actividades, completan el programa conmemorativo de la tragedia que se desarrollará a lo largo del fin de semana.
143 pescadores
La galerna que se desató en el Cantábrico en la noche del 12 de agosto de 1912 acabó con la vida de 116 pescadores bermeanos, con una edad media de 29 años. El resto de las víctimas eran de Elantxobe, Lekeitio y Ondarroa. Faenaban con sus embarcaciones a vela a unas 45 millas del Cantábrico cuando la fuerza del viento hizo les hizo naufragar.
Dejaron 75 viudas y 225 huérfanos, sin más protección social que la que se derivó de la caridad. El ayuda de cámara del rey Alfonso XIII acudió a Bermeo con 4.000 pesetas para socorrer a las familias y se organizaron actos benéficos, como una corrida de toros y un festival de pelota, que lograron recaudar más de 46.000 pesetas.
“El pueblo supo abrir caminos de futuro y salir adelante”, recordaba la alcaldesa. “La solidaridad fue ejemplar”. El impacto de la tragedia hizo de revulsivo para empezar a hablar de la seguridad de los arrantzales, organizar los servicios de salvamento y mejorar la información meteorológica.
Diversos actos recordarán
El cortometraje Bermeo 1912, de Alberto Bilbao, y el documental Galerna, la tormenta desconocida, de Jabi Elortegi, han puesto en imágenes cien años después el recuerdo de lo ocurrido.
El Ayuntamiento ha pedido a los vecinos que coloquen crespones negros en los balcones durante el fin de semana, en el que conmemorarán el centenario con un encuentro de embarcaciones tradicionales [hoy, 13.00], con el espectáculo Autopoética —una instalación luminosa compuesta por 144 boyas que se encienden al son de las olas y el mar— y con una representación teatral en la que participarán un centenar de bermeanos rememorando como vivieron las familias la tragedia [Explanada de la fábrica de hielo, 22.00].
Mañana el homenaje saldrá al mar. Una procesión silenciosa de embarcaciones enfilará hacia el exterior del puerto para realizar otra ofrenda floral. “A pesar de los momentos difíciles, amamos y respetamos la mar”, concluyó Bideguren.
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