El bufón pide perdón a medias
Don Francis se disculpa por aparecer en ‘I love Lloret’
“Todo el mundo está enfadado conmigo, pero yo soy un artista”. Don Francis —pelo rubio largo y lacio, vestido de blanco por entero, gafas de sol de plástico de montura rosa y cristales reflectantes— sonríe mientras se deja fotografiar con grupos de imberbes alemanes que hacen cola frente a su bar de Lloret Mar (Selva). Todos están encantados de conocerle. Es “el rey de la fiesta” y una celebridad en su país, todavía más desde su aparición en el reality show para adolescentes We love Lloret. El Ayuntamiento ha montado en cólera por el contenido del programa y el alcalde Romà Codina (CiU) calificó ayer al empresario de persona non grata por ayudar a difundir una imagen “tergiversada” de la localidad.
Don Francis (Francis Hage es su nombre verdadero) tiene 38 años, luce coleta —aunque lleva la nuca afeitada— y fuma sin parar en la terraza de su bar en la avenida de Just Marlès, la calle donde se concentran las discotecas más grandes de Lloret. La fachada del bar luce un enorme I love Lloret con un corazón rojo. El hombre no acaba de entender el revuelo que se ha montado por su participación en el programa de la cadena ProSieben, adaptación alemana de la serie estadounidense Jersey Shore. Lleva años paseándose en albornoz por las calles de Lloret junto con cuatro guardaespaldas para promocionarse y nunca había tenido problemas.
“No quiero conflictos. Yo también vivo de Lloret”, afirma. Don Francis se hizo famoso en Alemania por el boca a boca de los adolescentes que visitaban Lloret y le conocían. Gracias a eso grabó un disco —I love escalation— en el que figura su gran éxito, un himno al municipio de la Costa Brava con un pegadizo estribillo en el que se repite sin cesar el nombre de Lloret con acento alemán y suena Lloguet.
El alcalde, Romà Codina, califica al empresario de persona ‘non grata’
En el programa —cuyo último capítulo se emitió este jueves—, Don Francis recibía a los participantes y les hacía de guía por los bares y las discotecas de la ciudad. El elevado contenido alcohólico y sexual de la emisión desquició al ayuntamiento, que mantiene una guerra abierta contra el turismo de borrachera. El empresario y cantante teme ahora las represalias y está sopesando pedir una reunión con el alcalde.
“¡Cuidado Don que van a por ti!”. El aviso llega de un amigo que se acerca a saludarle a la terraza y que trabaja en el sector de la publicidad nocturna. El Consistorio le acusa de ser el principal impulsor del programa y de preocuparse solo de su beneficio propio “en detrimento del bienestar del resto de la ciudadanía”. Un concejal ha llegado a llamarle “parásito”. Los ánimos están calientes en Lloret, que había conseguido vivir un verano tranquilo tras los graves disturbios del año pasado. El equipo de gobierno ha hecho bandera del cambio de modelo turístico y Don Francis puede acabar como cabeza de turco de la particular cruzada municipal.
El polémico vecino dice que teme represalias y sopesa ir a ver al regidor
Hage, que viste siempre de blanco porque es el color “del verano y la libertad”, se defiende. Dice que él no es responsable del contenido del programa y que fue la cadena quien lo contactó en mayo para que apareciese en televisión. “Las cámaras graban durante 24 horas y yo no edité los capítulos”, afirma. El hombre dice llevar Lloret en el corazón: hasta se ha tatuado el nombre del municipio en el antebrazo. Lloret es su casa desde hace 12 años, cuando empezó trabajando como guía para los grupos de turistas. Ahora tiene también su propia agencia. “Soy el único de toda la calle que abre en invierno”, afirma. Y acaba pidiendo perdón: “Lo siento si he ofendido a alguien”.
Está por ver si sus disculpas sirven de algo, pero también si el Ayuntamiento tiene herramientas para actuar contra una persona por aparecer en un programa de televisión. De momento, el consistorio ya ha enviado un informe a la Dirección General de Turismo de la Generalitat en el que argumenta que se puede sancionar a Hage por “dañar los recursos turísticos” de Lloret. El teniente de alcalde y concejal de Turismo, Jordi Orobitg, no mostraba ayer demasiada compasión. “No vale que ahora se desmarque cuando lo que único que buscaba es publicidad”. Pero el cantante y showman, que viaja todas las semanas con Ryanair a Alemania para dar conciertos, también tiene sus armas: “Si quiero, mañana tengo aquí a siete cadenas alemanas y basta con que hable mal de Lloret para que no venga nadie”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.