El otro Arteta
Una muestra antológica en San Sebastián recupera la obra pictórica de Félix, ensombrecida por la brillantez de su hermano Aurelio
Dibujante de fuerte ironía, notablemente sarcástico en ocasiones, Félix Arteta (1890-1986) tuvo que vivir siempre a la sombra de su hermano mayor Aurelio (1879-1940), uno de los principales pintores vascos de la primera mitad del siglo XX. Para reivindicar y difundir su obra, la Sala Boulevard de San Sebastián le ha dedicado su exposición extraordinaria de este verano, una antológica que suma 101 piezas, la práctica totalidad de ellas (93) acuarelas, además de seis dibujos y dos óleos.
Edorta Kortadi, comisario de la muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 9 de septiembre, destacó ayer la labor de un autor, “excelente dibujante”, que buscó siempre diferenciarse de su hermano, con el que mantuvo una fluida relación, pero que en vida “nunca llegó a recibir el reconocimiento que se merecía”. Kortadi definió a Arteta como un hombre “que habló poco y trabajó mucho”, cuya obra se sitúa entre la tradición y la vanguardia, con “una visión realista y costumbrista, un humor afilado, ironía y sarcasmo”.
“Nunca llegó a recibir el reconocimiento que se merecía”, dice el comisario
El comisario reveló que la tarea de investigación para montar la antológica ha permitido precisar que el dibujante nació en Valladolid, donde había sido trasladado su padre, trabajador ferroviario, y no en Bilbao como se creía hasta ahora y figura en la mayoría de biografías y de referencias sobre su vida y labor.
La exposición reparte las piezas en cinco secciones tituladas respectivamente La vida de la ciudad, La vida del mar, La vida política, La vida religiosa y La vida del caserío. Las obras provienen de museos de Bilbao y Madrid, además de colecciones privadas de Europa y América Latina, donde el autor fue muy admirado. Pese a ello, el menor de los Arteta atravesó estrecheces económicas a lo largo de su vida, hasta su muerte en Bilbao.
En sus trabajos, un humor a veces sarcáctico tiñe su visión costumbrista
Félix Arteta y su hermano Aurelio compartieron intereses iconográficos: la representación del mundo vasco en todos sus aspectos, desde sus fiestas populares hasta sus paisajes, pasando por la representación de arrantzales y baserritarras, de curas y políticos o pequeños burgueses, de todo tipo de personajes urbanos. Pero probablemente para diferenciarse de Aurelio optó por técnicas más rápidas como la acuarela o el dibujo que, debido a “su nervioso temperamento”, en palabras de Kortadi, le permitían expresarse mejor.
La directora de la Sala Boulevard, Cristina Beloki, se mostró segura del éxito de la antológica y aseguró que su intención seguirá siendo acercar autores vascos poco conocidos a los ciudadanos. Carlos Ruiz, director del área social de Kutxa, recordó que la misma sala ya acogió el año pasado una exposición de 200 piezas, en su mayoría esculturas y relieves en bronce, de Antonio Oteiza, hermano menor de Jorge, con la misma intención de contribuir a su reconocimiento.
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