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Los vecinos celebran el precinto parcial del vertedero de Fenoll

Ponen fin a la acampada y seguirán la vigilancia por el acceso de Abanilla

Tiendas de campaña de la acampada de los vecinos de La Murada para controlar el tránsito de camiones hacia el vertedero.
Tiendas de campaña de la acampada de los vecinos de La Murada para controlar el tránsito de camiones hacia el vertedero. DAVID RODRÍGUEZ

Los vecinos de la pedanía oriolana de la Murada y la vecina localidad de Abanilla (Murcia) han dado por concluida la acampada espontánea que desde mediados del pasado mes de julio han realizado en protesta por la actividad de la planta de basuras y vertedero del cabecilla del caso Brugal, Ángel Fenoll. La industria, que comenzó su actividad en 1998, está ubicada en el límite de ambas poblaciones.

“Hemos conseguido nuestro objetivo”, señaló este lunes uno de los portavoces del grupo de vecinos. El objetivo al que se refiere el comunicante es la clausura parcial de parte de las instalaciones de la planta que invaden el término municipal de Orihuela. El Consistorio oriolano, gobernado por un tripartito (PSPV, Centro Liberal Renovador y Los Verdes) precintó esas instalaciones la tarde del pasado jueves.

Entre los elementos de la planta clausurados están los siguientes: la báscula de pesaje, un taller mecánico y un lavadero, un aparcamiento para maquinaria de la empresa; dos depósitos de gasolina, los vasos supuestamente clausurados, una sala polivalente y hasta un zoológico. El Ayuntamiento de Orihuela asegura que el empresario carece de permisos para realizar esas actividades en el término oriolano. Sin embargo, la protesta y acoso de los vecinos a la instalación no ha terminado. “A partir de ahora seguiremos vigilando, mediante patrullas vecinales distribuidas en turnos, la entrada de camiones por el acceso de Abanilla”, aseguró el mencionado portavoz.

Además de las supuestas irregularidades administrativas de la planta, el móvil más destacado de oposición vecinal a la planta es su posible efecto en la salud de las personas, derivado básicamente de la contaminación por lixiviados vertidos de manera incontrolada en huertos adyacentes. Los vecinos denuncian un aumento de alergias y asmas en los últimos años y reclaman la realización de un estudio epidemiológico. A la petición se han sumado sanitarios del centro de salud de La Murada.

Estos hechos se investigan en el juzgado del caso Brugal. Un informe de un perito (un ecotoxicólogo forense), a petición de la juez instructora, concluye así: “Supone un riesgo de gravedad para el equilibrio de los sistemas naturales y la salud de las personas expuestas por lo que debería procederse a la retirada de los residuos depositados”. La juez también ha imputado en esta causa a Fenoll por un supuesto delito contra el medio ambiente. Tras su interrogatorio, el líder de Brugal restó importancia a los vertidos. “Es simplemente abono”, dijo el empresario.

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