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Un nuevo gigante sobre las aguas

La Naval bota el ‘Joseph Plateau’, el buque ‘fall pipe’ más grande del mundo La construcción de la embarcación aporta carga de trabajo para dos años

El 'Joseph Plateau' entra al agua en Sestao ante la mirada de cientos de curiosos y la vigilancia de los remoladores.
El 'Joseph Plateau' entra al agua en Sestao ante la mirada de cientos de curiosos y la vigilancia de los remoladores.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Algunos curiosos que observaban desde la orilla tuvieron que correr para no les mojara la ola provocada por la botadura del Joseph Plateau en Sestao. La Naval echó ayer al agua este buque fall pipe, que será utilizado por su comprador, la empresa belga Jan de Nul, para colocar piedras a grandes profundidades en el fondo del mar. La construcción de esta embarcación, que aportará carga de trabajo al astillero hasta mediados de 2013, provocó en su día una disputa entre los accionistas de la empresa vizcaína.

 El buque, de 191 metros de eslora y 40 de manga, es el más grande del mundo de su categoría, junto con su gemelo, el Simon Stevin, también construido por La Naval —en 2010—, y también encargado por el armador Jan de Nul. Es el noveno barco construido en Sestao para el grupo belga desde 2002. Como su gemelo, el hermano pequeño también se dedicará a cubrir tendidos submarinos de cable y tubería o fijar estructuras de explotación submarina de gas o petróleo.

Otros datos ilustrativos de las dimensiones del buque son los 400 kilómetros de cable que lleva a bordo o la potencia de sus motores, que son capaces de generar más de 22.500 kilovatios, energía suficiente para abastecer a una ciudad de 30.000 personas.

La botadura de un barco de semejantes dimensiones suscitó, como es lógico, un gran interés. Con más de un centenar de personas expectantes a ambos márgenes de la ría, el Joseph Plateau fue bautizado ayer tras un aurresku de honor por el director de La Naval, Iñaki Irasuegui, y la madrina, Ann Sophie Meulemanse.

El contrato para construirlo provocó una 'guerra' entre los socios del astillero a principios de  2011

Fue necesario cortar el tráfico en la BI-771 —la carretera de la Ría— ya que la ola originada por la entrada en el agua de la embarcación sobrepasó los diques de ambas orillas salpicando la carretera a la altura de Erandio y dejando en la calzada algunos restos de tablas y otros residuos.

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Ahora que ya ha sido puesto en el agua, el barco será amarrado al muelle y se continuarán con los trabajos, que se extenderán hasta su entrega definitiva, prevista para mediados del año que viene. Gracias a la construcción de este buque, La Naval ha tenido un encargo que realizar durante dos años, desde que comenzaran los trabajos en mayo de 2011. Esto ha contribuido a aliviar la situación de la empresa en un momento de crisis económica que está siendo especialmente virulenta en el sector naval.

Construir este buque ha requerido el trabajo de unas 500 personas al mes, aunque en algunos momentos se han ocupado hasta mil trabajadores. En total, se han completado más de 1,8 millones de horas de trabajo, entre los propios empleados del astillero, y los de las industrias auxiliares.

Pero conseguir el contrato para construir el Joseph Plateau no fue un camino de rosas para la empresa sestaoarra. Más bien al contrario. Jan de Nul exigía a La Naval la presentación de unos avales para mantener el encargo. La necesidad de conseguir estas garantías provocó a principios de 2011 una guerra entre los socios, que tenían grandes diferencias sobre cómo actuar al respecto.

Esta disputa provocó la renuncia del entonces presidente de la compañía, Pedro Morenés, actual ministro de Defensa. La dimisión estuvo relacionada con el acuerdo que firmaron todos los socios salvo Knutsen, en el que dejaban sus acciones en prenda a la ingeniería Ingeteam a cambio de que ésta aportara los 13 millones de aval que exigía Jan de Nul.

Pese a la tregua que la construcción del Joseph Plateu ha supuesto para la difícil situación del astillero, la realidad de La Naval no es positiva. La falta de trabajo por la paralización de los incentivos al sector naval ha obligado recientemente a la empresa a presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha afectado a entre 30 y 142 personas al mes durante nueve meses.

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