El PSE redobla su presión sobre Maroto y pone en duda que acabe su mandato

El responsable institucional del PP que recorta incluso antes de que el Gobierno central ordene meter la tijera, el que es capaz de gestionar “como si tuviese la mayoría absoluta”, el “alumno más aventajado de Rajoy, Esperanza Aguirre y Dolores de Cospedal” y el que hace “desaparecer” 73 millones de euros de la sociedad Ensanche 21. Es la imagen del primer año de gestión de Javier Maroto esbozada ayer por el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Vitoria, el exalcalde Patxi Lazcoz, que puso incluso en duda que el regidor pueda concluir el actual mandato —en 2015— si persiste en ser la viva imagen “de la derechona más rancia que hemos conocido en la historia de la ciudad”.

Sobre la media hora que duró ayer la comparecencia de Lazcoz ante los medios informativos sobrevoló la amenaza vertida por todos los grupos de la oposición el día anterior, la de una moción de reprobación contra el alcalde que, de materializarse, sería la primera en la historia de la ciudad. Lazcoz aventó esa sensación. Primero, mostró sus dudas sobre si Maroto será capaz de acabar su actual mandato al frente del Ayuntamiento —“si sigue comportándose como un perfecto hombre de derechas”, dijo, “lo dudo”—-. Y, segundo, aseguró no descarta la opción de la moción de censura, aunque reconoció que “hay que intentar que lo que han decidido los ciudadanos se respete”.

¿Quién tiene la llave de la situación? El propio alcalde, según el portavoz socialista: “Depende de él, lo que tiene que hacer es escuchar y cumplir con lo prometido”.

Por el momento, el primer paso será esperar si finalmente el Ayuntamiento realiza la modificación que ha encolerizado al resto de grupos, el de cambiar la relación de puestos de trabajo de la secretaría general del pleno para que el puesto pueda ser de libre designación entre una terna, esta sí, elegida por concurso público. Lazcoz recordó que el martes ninguno de los portavoces de la oposición había denunciado este cambio porque fuera ilegal, sino porque es “una infamia”, es “comprar al árbitro”. Si da el paso, la oposición presentará una moción de reprobación contra el alcalde que, a efectos prácticos, no es más que un tirón de orejas, pero que en el plano político supone una seria advertencia contra Maroto, acostumbrado por otra parte a encolerizar al PNV, Bildu y los socialistas por movimientos como la retirada del proyecto de presupuestos.

El consistorio niega la “desaparición” de 73 millones de una sociedad local

Lazcoz puso el acento sobre algunas de las cifras que han salpicado estos últimos doce meses, algunas tan sangrantes como el recorte del 40% de las partidas para formación y empleo, o del 90% en cooperación al desarrollo —un área en el que el modelo vitoriano ha sido durante años un referente—, incrementar en un 50% los cargos de libre designación cuando se está haciendo “el mayor ERE de Álava” en el Ayuntamiento, y con un 93% de incremento en el gasto de “propaganda y autobombo”.

Ante la denuncia de Lazcoz de que han “desaparecido” 73 millones de euros de Ensanche 21, la sociedad urbanística municipal, el Ayuntamiento respondió ayer mismo que no es cierto que eso haya ocurrido. El concejal de Hacienda, Manuel Uriarte, desgranó los movimientos de esta entidad al tiempo que criticó al exalcalde porque al ser miembro de su Consejo de Administración tiene acceso a las operaciones que se realizan.

Pero, aparte de ser el alcalde de los recortes, Lazcoz negó que Maroto esté siendo el alcalde de la creación de empleo, un concepto en el que basó buena parte de la campaña electoral. Todo, explicó, porque nada sabe la oposición sobre los proyectos prometidos de Jundiz, que iban a crear 2.000 puestos de trabajo, Betoño, con un millar de puestos, o un plan de empleo cuya efectividad la oposición pone en duda, así como el soterramiento del tren, que el Ministerio de Fomento y Maroto aseguran que sigue adelante mientras que la oposición se teme lo contrario.

“Estamos exactamente igual o peor que al comienzo de la legislatura”, un año en el que lo que se ha hecho, censuró Lazcoz, es “aplicar a rajatabla el manual de Génova: perseguir y amedrentar al débil y cuidar a los pudientes y a los defraudadores”.