Nadal discrepa de la cúpula del PSC y pide que Maragall siga como diputado
Diez diputados socialistas quisieron votar a favor de la hacienda propia
La polémica por el voto díscolo de Ernest Maragall sobre el pacto fiscal se intensifica y toma una senda peligrosa para la dirección del Partit dels Socialistes. Dividido y aletargado tras ser noqueado en el congreso del partido, el sector catalanista del PSC salió en tromba ayer a cargar contra la cúpula socialista a cuenta del voto de Maragall en el pleno del pacto fiscal. Se trata del primer escollo serio que debe afrontar la dirección de Pere Navarro, y lo que se intentó saldar con un gesto expeditivo para aislar a Maragall ha acabado abriendo un lío monumental que revela la división que el pacto fiscal ha provocado en las filas del PSC. Nadie está dispuesto a ceder. Tras el cruce de cartas entre Maragall y el secretario de organización, Daniel Fernández, ayer tres exconsejeros salieron en coro para reabrir el debate sobre la votación del pacto fiscal.
"En el partido no sobra nadie y falta mucha gente", avisa el exconsejero
La voz más destacada vino del presidente del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, que reveló que 10 diputados de los 28 socialistas deseaban votar lo mismo que Maragall, una cifra muy elevada de parlamentarios que acabaron sometiéndose a la disciplina de grupo. Solo el exconsejero votó a favor del punto en el que se propone la creación de la hacienda propia, frente a la abstención del resto. “Todos los diputados que piensan que sería necesario votar como Maragall votaron lo que la dirección proponía, no solo por disciplina, sino por cohesión interna”, dijo Nadal, que invitó a “la reflexión y el diálogo” tanto a Maragall como a la dirección.
Tura y Geli
Nadal es, en teoría, quien debe decidir qué sanción corresponde al diputado por saltarse la disciplina de voto. Y su parecer es totalmente contrario al que expresó el secretario de organización del partido. Si Fernández conminó a Maragall a ceder el acta de diputado, Nadal fue muy claro en una entrevista en la Agencia Catalana de Noticias. “No debe dejar el escaño”, dijo. Y envió un aviso a la cúpula: “Yo soy de los que piensan que en el PSC no sobra nadie y falta mucha gente que hemos perdido por el camino”.
De momento, Maragall deberá pagar una multa de más de 300 euros por saltarse las normas del grupo, cuantía que se suma a los 120 euros que tuvo que desembolsar cuando también se desmarcó en una moción sobre Eurovegas.
Al debate se sumaron otras dos integrantes del anterior Gobierno y también diputadas, Montserrat Tura y Marina Geli. Ambas criticaron a Daniel Fernández y discreparon de sus opiniones acerca del pacto fiscal. Según las diputadas, la polémica por el voto díscolo de Maragall tapa lo realmente importante: la evolución del discurso socialista del rechazo al apoyo a la casi totalidad del nuevo modelo de financiación propuesto por el Parlament.
Tura, en un artículo en El Periódico, atacó duramente a Fernández por su “desafortunada reacción” y defendió la independencia de Maragall, que votó “lo que le dictó su conciencia y conociendo el reglamento del grupo parlamentario”. Según Tura, el secretario de organización “ignora la evolución en el debate del pacto fiscal” hecha por el partido. A su vez, Marina Geli destacó el espíritu plural del PSC, que le llevó a ingresar el partido en 1996, y expresó su voluntad de que siga así. “No hay ningún motivo para que [Maragall] deje el partido”. Geli se alineó con las tesis expresadas por el exconsejero en su carta declarándose partidaria de la libertad de voto de los diputados y mantuvo que todos los miembros del PSC “son útiles para situaciones complejas”.
Las espadas siguen en alto, pero la dirección del PSC ya ha avisado de que no hará nada hasta septiembre, a la espera de que Maragall ceda a la presión y abandone el grupo parlamentario.
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