Los parados, en marcha
Cientos de desempleados caminan desde diferentes puntos de España con destino a Madrid
Una marcha de parados se acerca a Madrid. Son apenas unos cientos, pero quieren hacerse oír. Unos caminan desde Barcelona; otros, desde Asturias y un grupo pequeño, desde Toledo. Las columnas de Extremadura y Alicante se desplazan en autobús. Todos llegarán a la capital el sábado, cuando tienen previsto manifestarse contra la reforma laboral y para reclamar soluciones para el paro. Ese día pretenden hacer una visita al Ministerio de Empleo y también preparan una asamblea de desempleados en la Puerta del Sol, entre otras actividades.
Hartos de días de tedio y desesperación entre las paredes de sus casas, decidieron salir a la calle, caminar hasta no poder más con la ilusión de llegar a la capital y manifestarse frente al ministerio. “Con casi seis millones de desempleados, ya era hora de que nos moviéramos”, explica Alejandro Riera, uno de los impulsores de la marcha, en el polideportivo del colegio público Rosa Chacel, en la localidad madrileña de Collado-Villalba, (60.000 habitantes), donde los 70 caminantes de la ruta noroeste hicieron noche.
El grupo lo conforman mayoritariamente parados, pero también estudiantes, jubilados, sindicalistas y miembros del 15-M.
El grupo lo conforman mayoritariamente parados, pero también estudiantes, jubilados, sindicalistas y miembros del 15-M. Una veintena partió de Asturias el pasado 26 de junio y ha ido recogiendo a los caminantes de las columnas que salieron de Salamanca, Valladolid y Ávila. Esta mañana han abandonado Villalba dirección a Majadahonda (69.500 habitantes). Juan José Viña, alias El Pater, se les adelantará, como siempre. Este corredor, de 64 años y oriundo de Avilés (Asturias), quiere demostrar a los dos hijos que tiene en paro —“uno enfermero y otro técnico de sonido”— que todo es cuestión de proponérselo: “Con fe, honor y valentía se puede superar cualquier crisis”.
El Pater no es el único que transmite energía al grupo. María Cuenca, madre de uno de los caminantes e integrante de la marcha, repartía ayer dátiles tunecinos para que los parados recuperaran fuerzas a su llegada al Rosa Chacel. Una hora antes de la entrada de la marcha noroeste a Villalba, Alejandro Riera, organizador de la reivindicación, se encontraba con el concejal de IU para localizar el polideportivo cedido por el Ayuntamiento. Las ojeras de este desempleado de la hostelería, de 29 años, denotan el cansancio después de casi un mes de peregrinación.
“Con casi seis millones de desempleados, ya era hora de que nos moviéramos”, sentencia Alejandro, impulsor de la idea
Pero asegura que cuando mira a su alrededor y ve cada día la llegada de los caminantes, la acogida de los vecinos del lugar, y la buena convivencia entre personas dispares que apenas conocen, siente que la locura ha merecido la pena. Riera empezó a idear la marcha en el mes de abril. Tras un año y medio en paro, cansado de no encontrar trabajo y después de haber superado una depresión, decidió que ya era hora de movilizar a los parados. Rápidamente se puso en contacto con los desempleados de Langreo (Asturias) y con las asambleas del 15-M. Difundió la idea a través de las redes sociales y la respuesta fue inmediata. Riera asegura que cientos de sindicatos, indignados, parados, estudiantes y jubilados respondieron a la convocatoria.
El pabellón del colegio Rosa Chacel se llenó en apenas unos minutos de tiendas de campaña, esterillos, sacos de dormir, cajas de comida, mochilas repletas de ropa sucia, de móviles sin batería y botellas de agua caliente. El grupo de cinco encargado del almuerzo prepara bocadillos y corta rodajas de sandía para los sufridos caminantes. En cuanto se despliegan en su particular oasis, algunos van directos a la ducha; otros se recuestan en el suelo. Lo primero que hace Rubén Manso, alcalde de Villacastín, un pueblo vallisoletano de 100 habitantes, es llamar a su mujer. Ainhoa, una estudiante de periodismo, escribe la crónica de la marcha para después subirla a internet. Sabela, novia de Alejandro, ayuda en la cocina, junto a Feliciana, una jubilada de 71 años que participa en la marcha con Gregorio, su marido. “Es fácil preparar un buen menú con los 80 kilos de comida que nos dieron los vecinos de Asturias”, explican.
La marcha de Barcelona, compuesta por una veintena de caminantes, pernoctaron anoche en Alcalá de Henares. Esta tarden descansan en el Parque Nuevo de Torrejón de Ardoz. Este periódico no ha podido ponerse en contacto con los miembros del resto de marchas.
La asamblea de desempleados del 15-M en Madrid, por su parte, se ha encargado de organizar las actividades para mañana. A la una de la tarde, manifestación de la marcha noroeste frente al Ministerio de Empleo, en Nuevos Ministerios. A las dos, las diferentes marchas confluirán en el paseo del Prado, donde habrá una comida popular amenizada por la orquesta Solfónica, del 15-M. A las seis y media, los desempleados partirán hacia Sol, donde está previsto una asamblea sobre desempleo. Los caminantes pernoctarán en los centros sociales okupados Patio Maravillas y Casablanca y en la sede de la CGT (Confederación General del Trabajo). ¿Y después? Aún no saben lo que harán. Si algo ha caracterizado a esta marcha es la improvisación.
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