Reactivadas las pesquisas por la desaparición de Sonia Iglesias
Declara ante el juez como imputado la expareja de la mujer
Cuando están próximos a cumplirse dos años desde la desaparición de la pontevedresa Sonia Iglesias, la investigación sobre su paradero ha recibido nuevo brío con la declaración ante el juez como imputado de quien fuera su pareja, Julio Araújo. La noticia, adelantada por Telecinco, ha renovado las esperanzas de la familia de la desaparecida de que se esclarezca de una vez el caso.
“Habrá que esperar y ver qué pasa en adelante”, señaló la hermana de la desaparecida, Mari Carmen, que recordó que la familia siempre creyó que la expareja y padre del hijo de Sonia “sabía algo más” de lo que había apuntado en sus anteriores declaraciones policiales. “No es que sospecháramos de él pero sabíamos que era la última persona que la había visto”, explicó.
Araújo fue, de hecho, quien denunció la desaparición de Sonia el 18 de agosto de 2010. Entonces alegó que la había llevado en el coche hasta el centro de la ciudad, donde la mujer tenía pensado hacer unos recados antes de empezar su turno en la tienda de ropa de la que era encargada.
El abogado de Araújo, Jesús Santaló, ha restado importancia a la imputación de su cliente por el Juzgado de Instrucción número 2 de Pontevedra, que dirige Germán Varela, y el interrogatorio que se prolongó el jueves durante algo más de dos horas, y ha limitado el hecho a “una declaración realizada en fase de instrucción”, según recoge Europa Press. El letrado ha recordado que el sumario es secreto y ha señalado que no se le impusieron medidas cautelares a su cliente.
Las relaciones del ahora imputado con la familia tuvieron momentos de tensión, que se hicieron públicos con una denuncia que el hombre presentó contra la madre de Sonia por injurias, y que fue archivada con celeridad. Tampoco tuvo una presencia activa en las batidas que durante semanas organizaron amigos y familiares por el extrarradio de la ciudad para tratar de hallar algún indicio del paradero de la mujer.
Hasta este último evento, el único rastro que se había hallado de la desaparecida era su cartera, hallada en el poblado chabolista de O Vao una semana después del suceso, y un viejo documento de identidad caducado cerca de su residencia, que apareció varios meses después, cuando la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta ya estaba plenamente implicada en la investigación.
El subdelegado de Gobierno en la provincia, Antonio Coello, señaló que la policía “sigue trabajando exhaustivamente todos los días” en el caso para que tenga un desenlace “que pueda tranquilizar a la familia”.
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