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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un Jazzaldia para Pierre

El festival homenajea al recientemente fallecido Pierre Lafont, uno de sus mayores impulsores en la década de los años sesenta

El saxofonista Joe Lovano.
El saxofonista Joe Lovano.

No ha acabado el Gazteizko Jazzaldia y ya entramos de lleno en el decano de los festivales de jazz nacionales. Este año la 46ª edición del Festival Internacional de Jazz de San Sebastián tiene un toque especial y es que se homenajea al recientemente fallecido Pierre Lafont, uno de los mayores impulsores del Jazzaldia en la década de los años sesenta.

Por Pierre Pedro Lafont, por aquellos que amamos incondicionalmente esta música y por aquellos que se dejan caer por el festival porque sí (porque toca), los organizadores del festival han programado una muy variada (incluso, y como viene haciendo últimamente, más allá del jazz) agenda de conciertos dispuesta a satisfacer el apetito musical a todos.

El otro nombre propio del festival será el del baterista estadounidense Jimmy Cobb. El que fuera baterista en la grabación del mítico álbum del trompetista Miles Davis, Kind of Blue (1959), recibirá el Premio Donostiako Jazzaldia por su larga y prolífera carrera musical (todavía en curso, claro). Jimmy Cobb, al igual que muchos de su talla, ha colaborado durante prácticamente toda su carrera con los artistas más relevantes del jazz: Miles Davis, Cannonball Adderley, Stan Getz y Dizzy Gillespie, entre otros.

Jimmy Cobb actuará en el Teatro Victoria Eugenia acompañado por el excelente guitarrista Larry Coryell y el “mejor organista de jazz del planeta”, según apunta cariñosamente su página web oficial, el estadounidense Joey DeFrancesco. Jimmy Cobb y Larry Coryell suman entre los dos más de 150 años, pero sin duda han debido de dar con el elixir de la juventud porque sus actuaciones son un auténtico despliegue de energía y vitalidad.

A pesar de ser Cobb el líder de la formación, en la práctica los tres se reparten el protagonismo alternando buenos solos de batería, órgano y guitarra. Sus sonidos nos trasladarán a la Estados Unidos de las décadas de los 50 y 60 con West Montgmery (guitarra) y Jimmy Smith (órgano Hammond) mezclando genuinamente blues, gospel y jazz. Un concierto que sin duda hará las delicias de los asistentes.

Otra de las actuaciones más interesantes del festival será la de Al Di Meola con Gonzalo Rubalcaba. El estadounidense Al Di Meola es un genio de la guitarra que, entre otras muchas colaboraciones, ha compartido escenario a trío con Paco de Lucía y John McLaughlin produciendo bellísimos momentos para la historia de la música.

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El pianista cubano Gonzalo Rubalcaba, otro de los top del panorama jazzístico internacional, aportará su sofisticado toque latino para complementar el ya de por sí cromático trabajo del proyecto de Al Di Meola: World Sinfonia. La composición del grupo es quizá poco habitual (dos guitarras, piano, acordeón y batería) pero la verdad es que viene sonando realmente bien.

En esta edición tendremos vocalistas femeninas para todos los gustos con Madeleine Peyroux, Neneh Cherry o Melody Gardot ofreciéndonos diferentes estilos y registros. Y cómo no, hablando de voz, tenemos que destacar la actuación de Bobby McFerrin & The Yellowjackets. Menos mal que McFerrin viene bien acompañado por The Yellowjackets, dos horas a capella pueden hacerse muy largas.

Justo después de Neneh Cherry, en la Plaza de la Trinidad, actuará mi grupo favorito de este Jazzaldia: Miles Smiles. Todos los componentes de este grupo fueron seleccionados por el mismísimo Miles Davis para tocar con él en un momento u otro de sus carreras. Hablamos de músicos fantásticos como Robben Ford, Rick Margitza u Omar Hakim, que interpretarán algunos de los temas más conocidos de Miles Davis, sobre todo aquellos de su última etapa en los ochenta y a principios de los noventa.

La verdad es que la mayoría de las entradas están vendidas desde hace bastante tiempo y si todavía no se han hecho con una, a no ser que alguien las venda a la entrada de los recintos por casualidad, lo van a tener complicado. Pero si ese es el caso, no se preocupen, cojan la agenda del Jazzaldia y paseen por cualquier rincón de la ciudad: hay jazz en Donostia (y lo que no es jazz) para dar y regalar.

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