El MNAC y el Vall de Boí colaborarán para impulsar el patrimonio románico

Dos de los centros que atesoran el románico catalán y que más hacen para preservar y difundir de este rico patrimonio han trabajado, muchas veces, de espaldas uno de otro y con escasa relación.  Pero la situación cambiará a partir de ahora. Eso es lo que pretende el acuerdo suscrito este viernes entre los máximos responsables del Consorcio de Patrimonio Mundial de la Vall de Boí, que aglutina a la mayoría de los edificios religiosos construidos entre los siglos XI y XIII y el Museo Nacional de Arte de Cataluña, que atesora una de las mejores colecciones de arte de este periodo, y el mejor conjunto de pintura mural del mundo. El consejero de Cultura Ferran Mascarell, que preside el Consorcio, y el presidente del museo, Miquel Roca, han acordado, en el rovell de l'ou del románico: la iglesia de Sant Climent de Taüll, trabajar a partir de ahora de forma conjunta.

Entre los primeros acuerdos están reproducir las pinturas de Santa Maria de Taüll, expuestas en el MNAC para que se pueden ver en su lugar de origen; el asesoramiento científico y técnico por parte de los profesionales del MNAC a las actividades y proyectos que desarrolle el consorcio y una política conjunta de promoción, aparte de coordinar todas la actuaciones mediante una comisión mixta de seguimiento.

Mascarell ha resaltado la importancia del patrimonio románico y resaltado que “hace seis meses decidimos que era imperdonable que no hubiera relación. Seis meses después el convenio está firmado”. Por su parte, Roca ha resaltado que el MNAC es “depositario de la mejor colección de románico”, que el acuerdo es el inicio de una gran colaboración y que “de nosotros depende que el románico se conozca en el mundo”.

La nueva comisión estará compuesta por parte del MNAC, por Josep M. Carreté y Jordi Camps y por parte del Consorcio por Anna Monsó, Cristina Castellà y Montse Señís.

Las iglesias de la Vall de Boí constituyen uno de los conjuntos más singulares del románico catalán. Ocho de ellas (Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Nativitat, Sant Joan Cardet, Santa Eulàlia, Sant Quirc, Sant Feliu y l’Assumpció de Cóll), fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. En los últimos meses la situación económica también ha afectado a estos edificios mediante el cierre al público de algunas de ellas, el ajuste de horarios, reducciones de plantilla y de presupuesto. Este año se cuenta con 502.000 euros, 100.000 menos que el año pasado.