Mariano tiene para Rato
"Rafael Blasco, ese inflamable producto de la política mal entendida, ¿acabará refundando el FRAP?"
La presunta cohorte de imputados en el presunto Bankia, ¿acabará de una vez por todas con las argucias de los presuntos implicados y con los presuntos manejos de Bankia? ¿Y cuántos años habrá que esperar para que se obtenga algo en claro de tan peliagudo asunto?
Rafael Blasco, ese inflamable producto de la política mal entendida, ¿acabará refundando el FRAP o tendrá que conformarse con ejercer de responsable del presunto sindicato de matones de discoteca una vez en libertad? Eso, claro, salvo que se le ocurra fundar un partido en representación de los inmigrantes. Bueno es él cuando se pone a cooperar.
Cuando Mariano Rajoy entrega el sustraído y recuperado Códice Calixtino a la autoridad responsable de la catedral de Santiago, ¿no está (aparte de hacerse la foto) reconociendo una cierta responsabilidad del asunto? ¿Y por qué se excluyó en tan emotiva ceremonia el vuelo del Botafumeiro? ¿Por el precio de su alquiler o debido a que la ocasión no parecía merecerlo?
Y, por otra parte, si en el Fondo Monetario Internacional era vox populi la incompetencia de Rodrigo Rato para ejercer sus funciones, ¿a quién se le ocurre la brillante idea de ponerlo el frente de Bankia, como no fuera a José Luis Olivas con el permiso de Mariano?
La foto de Alejandro Agag, esposado de la hija de Josemari Aznar, en la que mira extasiado a la todavía joven esposa de ese tal Briatore y sus correrías, tal vez no sugiera nada a la llamada prensa del corazón, aunque resulta bastante sugerente en su conjunto. Aunque también es posible que esa mirada de miope tierno sea la habitual en un tipo tan dado a los negocios rápidos. En cualquier caso, ¡cuidadito con el jefe, Ag-ag!
¿Las relaciones entre Fabra & Fabra están suspendidas, aplazadas, escondidas? ¿Tienen algún futuro o solo tienen la suerte de no encontrarse a menudo en los pasillos de las Cortes Valencianas? Y en tal caso, ¿dónde se desarrollan esas no relaciones? A mí me recuerdan a esa antigua fábrica de hilaturas, aunque en este caso no queda claro quien tira exactamente del ovillo. ¿Y cuántos jueces más habrán de pasar por los juzgados de Nules antes de que el Fabra auténtico se desprenda de sus gafas y el augusto desfile incluya al desfigurado Dívar?
¿Y por qué, señor mío, por qué Rafa Nadal tiene que poner esa cara de facineroso en el saque y componer una jeta de chuleta de discoteca cuando logra un punto, mirando a su contrincante como si se dispusiera a despedazarlo de un momento a otro? ¿No le basta con ser casi el mejor? ¿Se transforma en Drácula sobre la pista? ¿Necesita amedrentar de esa manera con mirada fiera? ¿Tiene el lector otra explicación? No he visto esa conducta en Djokovic, y menos todavía en Federer, un señor risueño.
En fin, precisamente hasta cuando Rubalcaba pronostica dos años malos para los socialistas, va la simpática Leire Pajín y se larga a cooperar por esos mundos (cabe esperar que no a la manera de Blasco), así que se acabaron los socialistas que andaban por el monte solos.
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