Zoido contenta a Málaga con el control de un órgano clave en el nuevo PP
Bendodo presidirá el comité de gobiernos locales, que reúne el poder municipal
El reguero de gestos que ha ido dejando Juan Ignacio Zoido desde que fue apuntado como futuro presidente del PP andaluz indica que a partir del 13º congreso de este fin de semana en Granada comienza una nueva era en el partido. Son muchas las cosas que van a cambiar, pero lo que permanece invariable es la costumbre de cerrar antes de llegar al cónclave los puestos clave que supuestamente se deben decidir durante su desarrollo.
Un ritual que una vez más se está cumpliendo a rajatabla, empezando por el propio Zoido —proclamado candidato único a los tres días de anunciar su salida Javier Arenas—, al que todos han otorgado un apoyo indiviso, y el número dos, José Luis Sanz, que ha merecido idénticas adhesiones. Ahora ya se conoce otro de los nombres para ocupar un órgano de nueva creación que tendrá un cometido crucial en la estructura renovada del PP: el comité de gobiernos locales, que aglutina al poder municipal. Estará bajo el control de Elías Bendodo, presidente de Málaga, precisamente la provincia que había acogido con mayores reservas la designación de Zoido como líder andaluz por su completa simbiosis con Sevilla, ciudad de la que es alcalde.
Con esta elección, el equipo debutante compensa el desequilibrio territorial del renovado organigrama, mucho más esquemático que el anterior —hecho a medida de la personalidad de Javier Arenas—, repleto de cargos sin funciones efectivas. El comité de gobiernos locales estará integrado por los alcaldes de los municipios de más de 100.000 habitantes (las ocho capitales, más Jerez, Marbella y Algeciras) y los cinco presidentes de las diputaciones. Sin duda, un escaparate de fuerza real que arranca la espina clavada en Andalucía oriental por la saturación de Sevilla (Zoido y Sanz) en el núcleo duro del PP.
El comité es, además, una de las patas del esqueleto de la organización, que descansa en este órgano y en el comité territorial, que reúne a los presidentes provinciales bajo una dirección rotatoria. Curiosamente, el advenimiento del cargo en la persona de Bendodo se hizo público mientras este explicaba la ponencia ideológica del congreso en una conferencia de prensa en Sevilla. De la parte atrás de la sala brotó inesperadamente Juan Ignacio Zoido, anduvo a grandes zancadas hasta el atril, arrebató el micrófono al agraciado y comunicó sonriente la noticia. Luego Bendodo mostró su satisfacción y orgullo por la responsabilidad y prosiguió con su parlamento.
La parcela cedida a Málaga era de las pocas incógnitas pendientes del cónclave, que cierra toda una época en el PP andaluz. Aunque de puertas para afuera los distintos dirigentes se han esforzado por revestir de normalidad el cambio de ciclo, es un enigma cómo se desenvolverá en adelante una organización acostumbrada a las particularísimas maneras de Arenas, al que ha seguido en sus designios y voluntades a lo largo de 19 años como si fuera el faro de Alejandría.
Tras las elecciones del 25 de marzo, el PP es el primer partido de Andalucía: 159.000 afiliados, 269 alcaldías (entre ellas, las ocho capitales), 3.149 concejales, cinco diputaciones, 115 diputados provinciales, 26 senadores, 33 parlamentarios nacionales y 50 autonómicos. Sin embargo, no ha conseguido conquistar el Gobierno de la Junta al atragantársele la mayoría absoluta y blindar PSOE e IU un Ejecutivo de coalición.
La principal desventaja es la ausencia de sus números uno y dos del Parlamento autónomo. De momento, Zoido continuará con el escaño después de que el Tribunal Constitucional haya decidido prolongar la suspensión cautelar de la Ley Electoral andaluza, que prohíbe simultanear los cargos de alcalde y diputado. Pero es cuestión de tiempo. José Luis Sanz —que llevará las riendas del día a día, habida cuenta de que Zoido ha dejado claro que seguirá volcado en el Ayuntamiento de Sevilla— está fuera porque no concurrió a las autonómicas, es senador y alcalde de Tomares, y eso no tiene arreglo.
El miércoles, cuando la rueda de prensa de Bendodo tocaba a su fin, Zoido volvió a irrumpir por la parte de atrás, esta vez acompañado de un jovial Javier Arenas, que hace casi un mes que ha entregado formalmente el testigo, si bien asoma en cada comparecencia. Se compuso entonces una escena alegórica de la etapa que se avecina: el desconcierto ante un traspaso para algunos difícil de digerir.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.