CiU cae en intención de voto pero le saca 13 puntos al PSC en Barcelona

Los resultados del Barómetro Semestral del Ayuntamiento de Barcelona en lo que respecta a las expectativas de voto dejan mal parados a los partidos políticos. Todas las formaciones con presencia en el arco consistorial pierden en intención de voto. El caso más dramático es el de Convergència i Unió, que cae 4,3 puntos con respecto a los resultados de diciembre. La distancia entre el gobierno y el PSC, el principal partido de la oposición, se recorta pero el socialismo continúa perdiendo apoyos.

El resultado, a tres años vista de las elecciones, ha sido recogido con pinzas por los partidos. En la intención directa de voto, CiU obtiene el 19,3%. En diciembre del año pasado había obtenido el 23,6%, el más alto desde que se realiza la encuesta. En las elecciones de hace dos años obtuvieron el 15% del sufragio. El PSC, por su parte, perdió cuatro décimas con respecto a la anterior medición y obtuvo el 8,7%.

Iniciativa también perdió siete décimas respecto a diciembre, quedándose en 7,9%. La coalición independentista conformada por ERC, Reagrupament y Democràcia Catalana cayó 1,1 puntos, llegando al 5,7%. El gran porcentaje de voto oculto que tiene el PP también quedó reflejado en el barómetro. Sólo un 1,9% de los encuestados aseguró que tiene intención de votar a los liderados por Alberto Fernández Díaz, 1,5 puntos menos que en el estudio de diciembre. En las últimas elecciones municipales obtuvieron el 8,8%.  

Solo un tercio multaría a las prostitutas callejeras

La cruzada de CiU y el PP en contra de la prostitución callejera en Barcelona sumó un nuevo aliado: las encuestas. El gobierno municipal decidió incluir en el barómetro semestral del Ayuntamiento una sección específica sobre este tema. Los resultados presentados ayer por el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn (CiU), muestran que el 77,9% de los barceloneses están de acuerdo en prohibir esta actividad en el espacio público. Solo un tercio del total, sin embargo, cree que hay que multar a las chicas. El 74,4% considera que son los clientes los que tienen que recibir sanciones directas.

“Estos resultados demuestran que la modificación de la ordenanza que estamos desarrollando va por buen camino”, aseguró Forn (CiU), quien compareció acompañado del director de Servicios y Estudios de Evaluación, Màrius Boada. La nueva normativa, aún pendiente del trámite definitivo, introducirá una graduación de las sanciones: hasta 300 euros por el hecho de negociar en la calle y entre 1.500 y 3.000 euros en caso de que se mantengan las relaciones sexuales en el espacio público. El domingo el PP aseguró que también se prevé retirar las sanciones a las prostitutas que se acojan a programas de reinserción, lo que han rechazado los colectivos de apoyo a las mujeres que trabajan en la calle.

Cuando a los barceloneses se les pregunta espontáneamente cuál es el problema más grave que tiene la ciudad, la prostitución ocupa el número 21, con el 0,1% de las menciones. Pero si se les pregunta de manera directa, el porcentaje de personas que lo consideran “bastante o muy grave” para la ciudad llega casi al 69%. Forn justificó que en este tema, como con la limpieza o la iluminación, el malestar surge “cuando preguntas”. La encuesta se hizo a 800 ciudadanos mayores de edad de todos los distritos y fue realizada entre el 13 y el 20 de junio. Tiene un margen de error del 3,46.

La lista de los problemas más graves que afectan a la ciudad la encabeza el paro, que lleva tres años como la mayor preocupación, con un 29,1%. Le siguen la inseguridad, con el 13% —aunque disminuye dos puntos con respecto al barómetro de diciembre—, y los problemas económicos, con el 10%. El orden de estos factores varía un poco cuando al encuestado se le lleva la preocupación al terreno personal. Los recortes ocupan el tercer lugar, con el 6,6%, y la inseguridad cae al quinto lugar.

A los encuestados también se les preguntó por sus hábitos vacacionales. El 35% de los encuestados no saldrán de la capital catalana, tres puntos más que en 2010. El 54% de los barceloneses se irán al menos una semana, cuatro puntos menos que hace dos años.