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Los vecinos de Madrid y Barcelona exigen dejar las negociaciones por Eurovegas

Las asociaciones vecinales denuncian las "draconianas condiciones" de los impulsores Señalan que el estilo de vida del macrocasino comportará "ludopatías, depresiones y suicidio"

Dani Cordero

Entre las opiniones sobre la posible instalación de Eurovegas en España faltaba la de las asociaciones de vecinos de Barcelona y Madrid. Y hoy han decidido romper su silencio con una frontal oposición al proyecto. Lamentan el mercadeo en el que han entrado los Gobiernos autónomos de Cataluña y Madrid para acoger una “maquila laboral en medio de Europa” y ahora les exigen que “abandonen inmediatamente toda negociación” con el impulsor del proyecto, Las Vegas Sands Corporation, y se “concentren” en buscar “un cambio de modelo productivo” que permita salir de la crisis con empleo de calidad y “sin amenazar el equilibrio territorial y la sostenibilidad medioambiental de nuestras ciudades”.

Las asociaciones vecinales responden así con contundencia a la puja que están realizando Cataluña y Madrid para atar el controvertido macrocasino con la única excusa de aliviar el sangrante desempleo de sus territorios. Las asociaciones se niegan a aceptar “el chantaje moral” y “las draconianas condiciones laborales” que supuestamente demandará el grupo del magnate Sheldon Adelson, inmerso “en denuncias por su implicación en la financiación irregular de partidos políticos, el control de redes de prostitución y la práctica de evasión fiscal”.

El manifiesto firmado por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid y de Barcelona denuncia que la creación del macrocasino generará “una isla de excepcionalidad donde ya no tendrán vigor los derechos laborales ni sindicales, a la vez que construyen un paraíso fiscal con un régimen de tributación prácticamente nulo, financieramente opaco y que será aprovechado para el blanqueo de capitales".

Además, critican que la operación urbanística pondrá en peligro “el equilibrio territorial" de sus municipios "al recalificar grandes extensiones de suelo agrícola en suelo urbanizable, lo que supone no solo disminuir las fuentes de aprovisionamiento alimentario”. También ponen en duda las necesidades de energía y agua que requerirá la infraestructura, que amenaza con “perpetuar la dependencia de energías fósiles”.

Y más allá del impacto general, también denuncian que la construcción de un macrocasino afectará a los vecinos de estas zonas, ya que atraerá “mafias internacionales dedicadas al tráfico de drogas y la explotación sexual de las mujeres”, y acabará generando un estilo de vida “asociado al juego y que se encuentra en la base del incremento de ludopatías, depresiones y suicidios”.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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