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Una editorial de aldea y global

Ouvirmos logra consolidar desde Sarria un sello que ya ha publicado 70 libros y discos

José Manuel Aldea, director de Ouvirmos, con algunos de los libros y discos que ha editado.
José Manuel Aldea, director de Ouvirmos, con algunos de los libros y discos que ha editado. XOSÉ MARRA

El chiste se presenta fácil: Ouvirmos es una editorial de aldea. Su sede está en un núcleo rural sarriano, Bade, con solo cuatro casas habitadas. El director y copropietario es Xosé Manuel Aldea, gestor cultural oriundo de Vigo. El sello, que cumplirá una década en 2013, empezó restaurando y reeditando grabaciones gallegas históricas. Entre ellas, una Negra sombra del coro ourensano de Ruada que suena en el reciente telefilm Hemingway y Gellhorn, donde el escritor revive con los rasgos de Clive Owen y Martha Gellhorn se reencarna en Nicole Kidman.

Setenta referencias —24 discos y 46 libros— componen hasta ahora un catálogo variopinto. La tensión local-universal no ha sido un problema para Aldea, que “bajo ningún concepto” pensó trasladar Ouvirmos a un entorno urbano. Fue en esta oficina, rodeada de prados y silencio, donde recibió en octubre una llamada del canal de televisión HBO desde su sede de Miami. Una voz femenina le informó en castellano de que deseaban incluir Negra sombra en una película sobre Ernest Hemingway y su tercera esposa, Martha Gellhorn, para la parte ambientada en la guerra civil española.

“El disco está en i-Tunes desde hace seis años, gracias a eso lo conocieron los americanos”, aclara el director de Ouvirmos. “Fuimos los primeros en vender música gallega en las tiendas digitales como i-Tunes y Napster”. Música que también habían sido pioneros en restaurar y digitalizar, la del período que Aldea define como “oscuro”: 1904-1954, el medio siglo de reinado del gramófono. Discos registrados en estudios móviles y editados en tiradas exiguas para la diáspora americana, “dado que aquí no había poder adquisitivo”. La editorial logró reunir 250 discos de gramófono, entre ejemplares prestados por museos y compras “a anticuarios de España y el extranjero”. La colección creada para reeditarlos, A Tiracolo, alcanza en la actualidad los 14 títulos.

Entre ellos está el coro de Ruada, con Negra sombra y otras 20 piezas grabadas en Ourense en 1929 por una unidad móvil de la casa Regal. Producir cada disco de A Tiracolo ronda los 10.000 euros de coste para una tirada de 1.500 ejemplares. Se usa una media de 10 discos de gramófono —cada uno incluía solo dos temas—, y a los gastos de restauración y digitalización hay que añadir el trabajo de un especialista que investiga, recopila fotos y redacta textos para el cuidado cuaderno que acompaña el cedé. Esta carestía, unida a la práctica extinción de la venta de discos, reorientó Ouvirmos por los derroteros de la edición bibliográfica y la consultoría cultural. “Hay diseñados otros seis discos de la colección”, explica Aldea. “Pero solo se editarán si encontramos patrocinios o si disponemos de remanentes”.

Para el director del sello, el concepto básico es “I+D aplicado a la cultura; dos términos que la gente normalmente no asocia”. “En el ADN de esta empresa”, añade, “está la búsqueda de nuevas formas de desarrollo y financiacion de proyectos. Y tratar de vender internacionalmente, cosa que, con Internet, nunca ha sido tan fácil como ahora”. “Si hay industria cultural”, concluye, “tiene que haber consumo”.

Un ejemplo de ese I+D cultural son los Itinerarios histórico-musicais, colección de libros con mini-cedé que propone recorridos turísticos por ciudades gallegas con la música como hilo conductor. Ouvirmos tiene vivas en la actualidad otras dos series de libros, de fotobiografías sonoras de poetas y cocina para niños. “Los libros que mejor se venden son los infantiles”, resume Aldea. “Y en este campo no había nada sobre cocina”. Esta colección se ha complementado con talleres para niños en salones del libro y museos, una apuesta por la acción sobre el terreno que Ouvirmos trata de explotar. Desde exposiciones interactivas —como la del centenario de Celso Emilio en Celanova, planteada como juego de caza del tesoro— hasta el mapa sonoro de Vigo, con registros del viento en las Cíes o la salida de los obreros de la factoría de Citröen.

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Xosé Manuel Aldea, de 47 años, dejó un trabajo como mecánico de Renfe en Ourense hace casi dos décadas para establecerse en Bade, la aldea natal de su esposa. Montaron una ganadería ecológica de carne y él se embarcó “en 50 fregados culturales”. Entre ellos, la producción ejecutiva de A feira das mentiras, el macroespectáculo gallego de Manu Chao en la estela de la revolución bravú. Cinco años después, en 2003, creaba Ouvirmos con otros dos socios. Hoy comparte la propiedad con la economista Irene Sineiro. “Y nos sobran proyectos”, apunta con satisfacción.

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