El fútbol aplaca el fuego
La Noche de San Juan y la F-1 atraen a miles de personas a la playa de Valencia
Valencia vivió este sábado volcada al mar. Fue una jornada más complicada de lo normal en la ciudad para desplazarse por la huelga de los trabajadores de la EMT, pero eso no impidió que miles de personas se acercaran a las playas para disfrutar del buen tiempo o para ver de cerca el espectáculo de la fórmula 1, que hoy concentrará las miradas en el circuito urbano de El Grau, en el que se disputa el Gran Premio de Europa.
Pero si por la mañana la afluencia al frente marítimo era intensa, por la noche el tradicional río de gente que busca su hueco en la playa para la noche de San Juan se retrasó por el partido de la selección española contra Francia. Pasadas las 21.30, la playa estaba semivacía, con hogueras aquí y allá. “Otros años a esta hora esto era un hervidero y a las 19.20 no quedaba leña. Ya veremos después del partido...”, comentaba un policía local.
El Ayuntamiento desplegó a policías, bomberos y voluntarios (con las brigadas de limpieza un total de casi 700 personas) para atender a los asistentes —y evitar los excesos—, y Cruz Roja también movilizó recursos en la noche de las hogueras, para las que el Consistorio repartió 45 toneladas de leña.
Suspendida la verbena de la Federación de Asociaciones de Vecinos en la playa de las Arenas por su proximidad al circuito de la F-1, la mayor preocupación del Ayuntamiento era la llegada masiva de personas en una jornada de huelga de 24 horas en la EMT. La empresa municipal denunció de nuevo “actos vandálicos” y retrasos en la salida de los autobuses asignados al servicio mínimo, que se mantuvo en el 50%, incluido el refuerzo de San Juan. El comité de empresa, que cifró el seguimiento del paro en el 100%, reiteró su disposición a que se investiguen posibles sabotajes.
El partido retrasó la congestión, aunque no todos esperaron a que terminara. “A nosotros nos lo retransmiten por whatsapp”, comentaba un grupo de estudiantes. “Con la playa así hay menos agobio”, opinaba Elisa, aunque su compañera Verónica confiaba en que hubiera “más jaleo” avanzada la noche. Todo el mundo echaba en falta la música de la verbena.
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