_
_
_
_
_

Apuesta por la independencia

La cantautora Soledad Vélez actúa hoy en Bilbao dentro de una iniciativa para difundir propuestas alternativas por diversos escenarios de España

Soledad Vélez, en una imagen promocional de Wild Fishing.
Soledad Vélez, en una imagen promocional de Wild Fishing.j.limousine

Hace un año que Soledad Vélez (Concepción, Chile, 1988) actuó en el Matadero de Madrid para promocionar su segundo EP, Black Light in the Forest. Un año después, el Día Europeo de la Música la acerca hoy hasta el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, donde presentará su primer trabajo largo, Wild Fishing, producido por el sello valenciano Absolute Begginers. La Unión Fonográfica Independiente y la Fundación Autor han promovido para la fecha tres conciertos gratuitos que se celebrarán en Valencia —del grupo Burrito Panza—, Barcelona —The Marzipan Man— y Bilbao. El objetivo es difundir las últimas propuestas de la música independiente y apoyar el espíritu participativo que se presupone a la Fiesta de la Música.

Vélez personifica por partida doble la escena alternativa y la pasión por la música. Esta chilena, afincada en Valencia desde hace cinco años, ha desconcertado a la crítica musical. Ni siquiera ella acierta a definirse: “Folk, rock, blues, indie o quizás weird-folk. Yo intento mantener la mente en constante libertad y que me clasifiquen los demás”, responde. Con todo, su tercer disco confirma que no ha caído en el manido indie-folk, un género que se ha vuelto tan plastificado en los últimos tiempos.

Completamente autodidacta, Vélez toca de oído y la pasión le viene desde pequeña. Su padre, ingeniero, componía canciones y al margen del trabajo, la música era su gran afición: "Tiene un registro de voz impresionante y un gran vozarrón. Pero nunca estudié música, no me lo permitió por la poca estabilidad que daba", cuenta Soledad Vélez, que con solo 18 años se lanzó a cruzar el charco. "Llegué a España gracias a un amigo que confió en mi proyecto, si no fuera por él estaría en Argentina con una banda de rock". 

Desde entonces ha producido ella misma dos de sus tres discos. "El primero, Four Reasons to Sing, lo produje junto a un amigo que es técnico de sonido, en su casa, muy artesanal todo", relata. "El segundo, Black Light in the Forest, lo mismo, sólo que ya grabamos en los estudios de Raúl Pérez en Sevilla, y ahí9 ya estaba Jesús". Se refiere a Jesús de Santos, quién desde entonces es su escudero en los escenarios. "Nos conocimos en Valencia y fue cósmico, todo un flechazo musical".

En Wild Fishing ya ha contado con la ayuda de Absolute Beginners, un sello valenciano que apuesta por jóvenes promesas y que pertenece a la unión Fonográfica Independiente. La producción ha sido a tres bandas, entre Jesús De Santos, Carlos Soler y ella. "La mayor dificultad en estos años", afirma, "ha sido dedicarme sólo a la música y estar lejos de mi familia tanto tiempo. Les necesito muchas veces, y cuando sucede... intento irme a dormir".

Durante el último año se ha afianzado en el circuito de salas de conciertos y ha actuado con Nacho Vegas y Manel. “Telonear bandas que tienen sus carreteras detrás te enseña a ser paciente, a esmerarte más y sobre todo a trabajar.”. Esta joven cantautora echa de menos que los carteles arriesguen “por más propuestas recientes, menos comerciales”, si bien eso le estimula para su trabajo: “Cuando eres una novedad, la mayor parte del público te conocerá en ese directo; nadie irá adrede a verte, y por eso lo das todo”. Su asignatura pendiente es superar la timidez para interactuar con el público. “Cuando toco me siento bien, entro en un trance precioso, y cuando abro los ojos al terminar una canción me cuesta hablar para introducir la próxima, pero sigo intentándolo, el público se lo merece”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El camino para llegar hasta el momento actual no le ha resultado fácil. No ha firmado con una discográfica hasta Wild Fishing, pero su tenacidad ha dado fruto y la gira ya baraja fechas para España, Chile, México o Reino Unido. Detrás, la pena por no volver a su tierra natal en cuatro años: “Tengo el corazón roto. Me atormenta no haber visto a mis hermanos crecer, pero es el precio por decidir que me va la vida en la música”. La música independiente, pues aunque se vaya haciendo conocida, Soledad Vélez sigue yendo a su aire. “Hasta el momento he hecho lo que me ha venido en gana”, concluye.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_