_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Municipios con identidad propia

Municipios con identidad propia

Una vez más, Oriol Bohigas habla de L’Hospitalet sin tener conocimiento de la ciudad. En una entrevista publicada en este diario (véase el Quadern del pasado día 7), el arquitecto sitúa mi ciudad en medio de un gran suburbio y llega a afirmar que poca gente tiene conciencia de ser de L’Hospitalet. Me pregunto, ¿de dónde debe sacar este razonamiento el señor Bohigas? Porque la realidad que se vive en mi ciudad es bien diferente de la imagen que continúa impresa en el imaginario.

Este prestigioso arquitecto y urbanista lleva décadas reclamando que Barcelona engulla los municipios de su entorno y se los anexione. ¿Con qué objetivo? No lo sabemos, pero lo cierto es que molesta, y mucho, a los ciudadanos y a las ciudadanas que se sienten orgullosos de vivir en esta ciudad.

Con el tiempo y mucho trabajo, L’Hospitalet ha ido configurando una identidad propia. Así, en las últimas encuestas realizadas entre la ciudadanía, más del 80% de la población se mostraba satisfecha de vivir en L’Hospitalet y el acrónimo L’H es aceptado como un signo de identidad y de pertenencia a la ciudad.

L’Hospitalet es hoy una ciudad moderna y con identidad propia. Vale la pena recordar que, durante la primera mitad del siglo XX, la ciudad creció al ritmo marcado por la especulación, sin planificación ni medida, sin infraestructuras ni servicios. Muchos barrios salieron de la nada al amparo de un régimen que les era propicio. Y fue el esfuerzo de la gente de L’Hospitalet lo que hizo posible la evolución hacia la ciudad que hoy en día tenemos. La lucha social y, posteriormente, el trabajo de los Ayuntamientos democráticos han sido las dos claves de la transformación. Y esto es una realidad que nadie puede cuestionar. Porque ha pasado medio siglo, señor Bohigas, y la ciudad que tenemos no tiene nada que ver con aquel pasado.

El acrónimo L'H es aceptado como una señal de identidad y de pertenencia a la ciudad

Con el siglo XXI, L’Hospitalet ha dado un giro importante y, por primera vez, ha empezado a decidir por sí misma su futuro. Hoy la ciudad se consolida como un centro neurálgico, motor empresarial, comercial y de servicios de primer orden, Y lo hace sin perder de vista su contexto metropolitano y, no menos importante, sin perder de vista la esencia y la personalidad que le son propias.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Señor Bohigas, me gustaría que viniera a visitar los barrios y que hablara con la gente de L’Hospitalet. Que viniera a descubrir la plaza de Europa y el Distrito Económico Granvia L’H -—con el recinto de la Fira de Barcelona Granvia L’Hospitalet, con equipamientos, empresas y hoteles de primer nivel—, y a conocer el parque científico y tecnológico BiopoL’H, que agrupa formación, empresa, investigación, asistencia sanitaria y desarrollo social. Un cluster biomédico con repercusiones para toda el área metropolitana y el Baix Llobregat.

Porque vivimos en una realidad metropolitana y nos sentimos orgullosos. Ciudadanos y ciudadanas de diferentes municipios compartimos territorio y tenemos las mismas necesidades de servicios, como el transporte, la recogida de residuos, las infraestructuras. Por ello, pronto hará un año de la constitución de la nueva Área Metropolitana de Barcelona. Organismo que tiene como objetivo, precisamente, dar respuesta a las necesidades que plantea el territorio y su ciudadanía, preservando la identidad propia de cada uno de los municipios que configuran el área metropolitana.

Hay que poner de relieve que no es un momento fácil ni aquí, ni en ningún sitio. No hace falta recordar la crisis económica que hoy nos preocupa y que pone en peligro el bienestar para el que hemos trabajado. Pero nuestro objetivo ha de continuar siendo avanzar hacia un modelo de ciudad más equilibrado, que apuesta por un desarrollo sostenible y respetuoso; hacia una ciudad donde el bienestar y la igualdad de oportunidades sean patrimonio de todos y de todas, y donde las políticas municipales se fundamenten en dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía por lo que concierne a la educación, la cultura, las prestaciones sociales y el acceso a la vivienda. Esta es nuestra hoja de ruta. Este es nuestro reto de futuro.

Por ello insisto, no es el momento de resucitar viejos estereotipos —en estos momentos totalmente superados—, sino de mirar hacia el futuro.

Núria Marín Martínez (PSC) es alcaldesa de L’Hospitalet.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_