Los alcaldes de Oza y Cesuras quieren votar este mes si se fusionan
La oposición sigue negando su apoyo, imprescindible en uno de los municipios
“La cosa va tirando, está prácticamente hecho, estamos muy animados y muy ilusionados”. El alcalde de Oza dos Ríos, Pablo González (PP), redobla el entusiasmo del que hizo gala desde que Núñez Feijóo anunció en marzo como casi hecho el inicio de la fusión con el vecino municipio de Cesuras. En la Diputación, cuyo presidente, Diego Calvo (también del PP), oficia de casamentero, la primera en Galicia en 44 años, también ven la cosa inminente. “Los plazos se están cumpliendo”, asegura una portavoz. Esta semana presentará el estudio de viabilidad, un documento clave que concreta al detalle los números y consecuencias de la conversión en uno de estos dos municipios de la comarca de Betanzos. Y de inmediato se convocarán sendos plenos municipales para votar.
Ambos ayuntamientos siguen confiados en celebrar las campanas de 2013 siendo un único territorio. Y en contar con el “máximo” respaldo y consenso de sus convecinos. Pero, de momento, no cuentan con el voto de ninguno de los ediles del PSdeG (segunda fuerza en Oza) y del BNG (segunda en Cesuras). En este municipio, la mayoría absoluta del PP (siete ediles) no basta. Los tres ediles del BNG y la única del PSdeG votarán en contra. Esta oposición abortaría de cuajo la unión tan ansiada por los dirigentes del PP.
Y una autodenominada “plataforma vecinal por el futuro de Cesuras”, creada para “no permanecer como meros espectadores ante este proceso”, votó el domingo pasado pedir su paralización. Acudieron a la convocatoria, asegura este colectivo sin portavoz “plural y apolítico”, unos 200 habitantes. De ser cierta la cifra, supondría el 9% de la población local. Antes de su asamblea, en la que también se acordó recoger firmas contra la fusión y a favor “del inicio de un proceso para mancomunar servicios” de ambos municipios, representantes de la plataforma se reunieron con el alcalde y con la oposición. Y no salieron convencidos, sino todo lo contrario.
Lucas va casa por casa y promete más inversión pública si hay unión
“No puedo votar a favor de algo que desconozco, siguen sin poner boca arriba las cartas, no sabemos que se está cociendo. Y además tampoco considero apremiante la fusión”, explica la concejal socialista de Cesuras, Pilar Pedreira. Como su compañero de Oza, José Manuel Sanmartín, que también confirma su voto en contra a una unión “de la que muy poco se sabe”, la edil aboga primero por compartir servicios locales. “Se hizo con absoluto desprecio, llevo dos meses sin respuesta a las preguntas escritas que hice al alcalde”, insiste.
En las filas nacionalistas, su portavoz en Cesuras, Xoán Manoel Vázquez, se declara directamente “indignado”. “Es un despropósito, una farsa, una patraña, no se respecta la mínima regla democrática, no hay ninguna base sólida para apoyar el proyecto, siguen negándonos toda información”. Y considera que el alcalde, Julián Lucas, está “manipulado” por la cúpula del PP “para no dar la cara” ni todos los datos sobre las consecuencias de una fusión que, dice, “alarma”.
Pero en Oza, el alcalde recurre a una frase de Napoleón para recalcar su seguridad en cumplir “muy pronto”, y pese a la oposición, los plazos y trámites: “Vísteme despacio que tengo prisa”. Más comedido es su homólogo de Cesuras, Julián Lucas, consciente de la mayor resistencia vecinal. Para vencerla, va casa por casa para explicar una fusión que tendría premio bajo la forma de promesas de inversiones públicas. Y cuenta con la artillería del PP: la dirección del partido y las administraciones que gobierna se han movilizado para arropar a Lucas. El viernes por la noche, acudieron 400 vecinos de Cesuras a la invitación a una cena del PP con los conselleiros Agustín Hernández y Beatriz Mato y el veterano José Manuel Romay Becarría. Además de dar por inminente la fusión, pese a la oposición, creció el lote de infraestructuras condicionadas a que prospere un proyecto que Feijóo sitúa como prioridad. Además de una guardería común prometida mucho antes de la fusión, la responsable de Benestar Social incluso se comprometió a incluir en los presupuestos gallegos de 2014, pese a no tener ninguna seguridad de que seguirá al frente de la consellería, la construcción de un centro de día. Un argumento de peso en un municipio tan envejecido como Cesuras y donde no nace un niño desde 2010.
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