Trias ‘jibariza’ Barcelona Activa
La reestructuración da prioridad a la empresa frente a la ocupación y supone el despido de 55 trabajadores
Más promoción económica, más colaboración con el sector privado y menos programas de formación para personas que se han quedado en paro y para otros colectivos en riesgo de exclusión. Ese es el nuevo espíritu de la empresa municipal Barcelona Activa, que se va a someter a una profunda transformación bajo del gobierno de Xavier Trias. El cambio también tendrá repercusiones en la plantilla de trabajadores de Barcelona Activa, ya que 55 —que tienen el contrato vinculado a programas concretos— perderán el trabajo ene 2012, a medida que concluyan los programas.
La incertidumbre sobre qué percibirá el Consistorio de los fondos estatales de ocupación es uno de los factores que han facilitado el giro que CiU quiere dar a Barcelona Activa. La empresa, creada en 1986, ha tenido una especial incidencia en la formación, orientación y acompañamiento de personas en el acceso al mundo laboral. En realidad, muchos de ellos en el intento de reingresar. Por sus aulas y equipamientos han pasado más de 100.000 personas.
Los programas de formación han sido subvencionados por el Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC) a partir de transferencias estatales. En 2011, el presupuesto de Barcelona Activa fue de 42 millones de euros, de los que 22,6 procedían de los citados fondos y se destinaron a programas de ocupación. “No sabemos qué cantidad se podrá liquidar este año”, afirmó la segunda teniente de alcalde, Sònia Recasens. Pero para 2013 la edil prevé que esos fondos serán casi residuales. Para ese ejercicio, ha presupuestado 27 millones de euros de funcionamiento de Barcelona Activa. Prácticamente todo saldrá de la caja del Consistorio y algo más de 18 millones se destinarán a gastos de personal y de la actividad propia de la empresa, y solo 7,8 a promoción y ocupación.
A la pregunta de cómo el Ayuntamiento decide recortar los programas dirigidos a la ocupación con más 100.000 ciudadanos en paro, Recasens argumentó que se dará impulso al trabajo conjunto con el sector privado de la empresa y que se buscará su colaboración para las políticas de ocupación. “No queremos que nos definan los programas desde el Gobierno central o la Generalitat, queremos diseñar nuestras prioridades”, concretó. Y añadió que no es misión del Consistorio la política “de beneficencia y asistencialista” con contratos laborales de seis meses para crear puestos temporales en la Administración. Es más, se mostró convencida de las bondades del mercado laboral.
El giro en la política de Barcelona Activa no gustó en absoluto ni a socialistas ni a ICV-EUiA. “Es un completo disparate. En el momento en el que estamos se tienen que reforzar las políticas de ocupación”, afirmó Jordi Martí (PSC). Para Ricard Gomà (ICV-EUiA), es “inaudito, incomprensible e injustificable” que se baje la guardia en las políticas contra el paro.
Para los sindicatos, lo que no es de recibo es que por la reestructuración de una empresa nacida para facilitar el trabajo se despida a 55 personas.
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