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Los indignados paralizan un desahucio por una deuda de 8.000 euros

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca impide que el juzgado ejecute el desalojo

Fernando J. Pérez
Los indignados, ante la casa que iba a desalojar la comisión judicial.
Los indignados, ante la casa que iba a desalojar la comisión judicial.Jorge Zapata (EFE)

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca consiguió paralizar ayer el desahucio de una vivienda cuyos propietarios adeudaban apenas 8.000 euros a la entidad BBVA. Los hechos ocurrieron en Cártama, localidad situada a 10 kilómetros de Málaga capital, cuando varias decenas de personas impidieron el acceso a la vivienda de la agente judicial que debía notificar el desalojo. En la casa, situada en el núcleo de Estación de Cártama, vive Kiko, un trabajador autónomo casado y padre de tres hijos. Se da la circunstancia de que el deudor trabajó para el BBVA como transportista de regalos de la entidad bancaria.

Los concentrados, que permanecieron en la casa hasta pasadas las 15.00 horas, estuvieron vigilados por varias patrullas de la Guardia Civil. Pese a la presión de la multitud para evitar que se notificara el desalojo, no se produjeron incidentes.

El pasado jueves, los miembros de la plataforma se concentraron ante la sucursal en la que Kiko contrató el préstamo hipotecario para poner en marcha un negocio que fracasó. Tras mantener una conversación con el director de la oficina, situada en la Avenida de la Paloma, de Málaga, el deudor propuso por escrito al banco que aceptara la dación de la casa como forma de cancelar la hipoteca. También planteaba que el BBVA renunciara al desalojo de ayer y le permitiera permanecer en esa casa mediante un “alquiler social”. Kiko aducía que el menor de sus hijos, de 11 años, no podía ser “desarraigado” del colegio al que asiste, cercano a la casa.

En la carta que envió al director de la sucursal, Kiko manifestaba su intención de permanecer en el domicilio, que el banco se adjudicó en subasta pública por el 60% de su valor de tasación cuando la familia dejó de abonar las cuotas de la hipoteca. “No voy a abandonar la vivienda porque no es de justicia que la casa que he pagado se quede cerrada mientras yo me voy a la calle con mi familia. No tengo ningún sitio al que ir y ninguna institución pública me ofrece soluciones”, indicaba el transportista al final de su carta al banco.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca contabiliza cada semana 50 desahucios en la provincia de Málaga.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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