Madrid pierde 567 policías en el último concurso de traslados
Los policías solicitan destinos menos peligrosos y más baratos Los mandos aseguran que la seguridad de la región no se resentirá
La región sigue perdiendo policías cada vez que se convocan concursos de traslados. En el último resuelto en mayo, la Jefatura Superior de Policía y los servicios centrales han perdido 567 agentes, lo que supone una cifra muy alta. Los sindicatos llevan años pidiendo un plus de capitalidad que permita crear una plantilla estable en la región de forma que no haya tanto movimiento anual.
Los datos no dejan lugar a dudas. En los servicios centrales (entre ellas, las distintas comisarías generales radicadas en la región), son los que han sufrido más pérdidas, según datos facilitados por el Sindicato Unificado de la Policía (SUP). Se marchan 427 policías y solo llegan 164, lo que arroja un saldo negativo de 263 funcionarios. En la Jefatura Superior de Policía de Madrid (19 comisarías de la capital y cinco brigadas provinciales), también se quedan puestos sin cubrir. Frente a los 445 que optan por otros destinos, solo han solicitado la capital 309. Consecuencia, 136 agentes menos. Por último, en las 13 comisarías de los municipios más importantes de la región, se quedan sin 168 policías (acceden 500 y salen 668), según el SUP.
Varias razones están tras esta huida de la región madrileña. Entre ellas, que Madrid es una ciudad peligrosa con un número de sucesos altísimo. Representa casi una cuarta de toda la delincuencia del territorio español, con la consiguiente carga de trabajo para los policías.
“La situación es complicada. La delincuencia está cada vez más organizada y las redes criminales son cada vez más peligrosas. En Madrid, los policías se juegan el tipo todos los días y muchos no están dispuestos a asumir ese riesgo”, reconoce el secretario regional del SUP en Madrid, Felipe Brihuega.
Madrid se nutría de las enormes promociones de los últimos años
La carga de trabajo también se traduce en que los policías tengan que acudir a múltiples juicios a lo largo de los meses. La única compensación que reciben es cuatro horas por cada día de juicio. Enfrente, lo que cobran los policías municipales por el mismo cometido. “También hay mucho estrés porque en Madrid las estadísticas pesan mucho. En cuanto suben las denuncias, se reciben presiones por todos los lados y al final eso llega al policía”, destaca el representante del SUP.
Otra razón importante en la huida de los funcionarios es la carestía de la vida. El alquiler de un piso supone a veces pagar el doble de otras regiones e incluso el verse obligado a compartir piso con otros agentes para poder llegar a final de mes. Eso, a costa de perder independencia e intimidad. A eso se une que los precios, incluidos los del ocio, son más altos que en otras partes de España. “Con el sueldo de un policía [unos 1.500 euros al mes] no se pueden hacer maravillas, sobre todo, si tiene que irse a vivir fuera de la capital y pagarse el transporte público o la gasolina de su coche. Muchos se lo piensan antes de quedarse más del tiempo imprescindible”, reconoce Brihuega.
Madrid solo tiene un plus de 50 euros al mes, respecto a otras plantillas. Nada que ver con los 300 o 400 que se cobran en las islas o hasta los 600 en destinos más peligrosos (al menos en teoría), como el País Vasco. “Si con ese dinero [los 50 euros] pretenden que nos quedemos en Madrid, lo llevan claro. No hay nada que justifique el quedarse aquí y trabajar el doble o el triple que en otras plantillas de las provincias limítrofes”, reconoce José María (nombre ficticio), que ha ganado una plaza en la zona norte. Este agente, al igual que ha hecho la mayoría, salió destinado de la Academía de Ávila hace unos años (dos o tres, en casi todos los casos) y esperó a reunir los puntos necesarios para pedir el traslado y marcharse de Madrid.
El estar con la familia o cerca del municipio de donde se es oriundo es otra razón para abandonar la región a la menor oportunidad. De esta forma, se evitan el tener dos casas abiertas y el estar alejado de los allegados. “En definitiva, cuando ya te estás haciendo al distrito que te ha tocado, decides marcharte. En ese momento cuando realmente empiezas a hacer bien tu labor policial, pero, como todo en la vida, hay prioridades”, reconoce José María.
Uno de los principales problemas con que se va a encontrar la policía es que lejos han quedado ya las grandes promociones de miles de agentes que entraron durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Eso supuso un revulsivo de agentes para una región que estaba carente de funcionarios en muchos puestos policiales. Sin embargo, ahora la situación es totalmente distinta. La crisis ha hecho que las oposiciones para nuevos agentes sean realmente exiguas. En principio, solo se busca cubrir el 10% de las jubilaciones que se vayan a producir en un año. Eso supondrá, de llevarse a cabo, que se pierdan centenares y centenares de puestos en los próximos años.
Madrid se nutría de esas enormes promociones, de forma que las salidas de los concursos de traslados se solucionaban en cuestión de meses. Todo apunta a que ahora no se va a dar ese caso y la región perderá agentes. Su sustitución se antoja difícil. Al menos, a corto o medio plazo.
Fuentes de la Dirección General de la Policía (DGP) confirman que siempre que se producen concursos de traslados se pierden puestos en Madrid. en el del año pasado, se marcharon unos 700 agentes. De todas formas, los mandos policiales afirman que la seguridad está más que garantizada y que la plantilla en la región llegaba antes del concurso de traslados a un 95 o un 96%. “Esta bajada de funcionarios no se va a notar en la calle ni en las investigaciones. La gente verá el mismo número coches patrullas y los requerimientos de los ciudadanos se atenderán con la misma rapidez y eficacia”, mantienen fuentes de la Dirección General de la Policía.
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