Perjudicados por las preferentes reclaman soluciones en A Coruña
Unos 2.000 manifestantes expresan su ira ante la casa del presidente de NCG
“O goberno axuda ao banqueiro e recorta ao obreiro”. Esta era una de las docenas de frases que podrían leerse ayer en los carteles que portaban los más de 2.000 manifestantes que recorrieron las calles céntricas de A Coruña para mostrar su indignación contra el corralito financiero en el que se han visto envueltos por la compra de participaciones preferentes y obligaciones subordinadas. La frase resume bastante bien el sentimiento de la mayoría de manifestantes que además coincidieron en reclamar a los presidentes de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y del Gobierno español, Mariano Rajoy, que tomen medidas para que puedan recupera sus ahorros.
La paciencia se les agota y ya no les sirven las respuestas vagas que han recibido hasta ahora. Las acciones judiciales que ya ha anunciado la Fiscalía del Tribunal Superior o la propuesta de arbitraje, caso a caso, realizada desde la Xunta no sirven para contentar a las miles de personas que no pueden disponer de un dinero que creían asegurado. La protesta concluyó con una comida colectiva de bocadillos de chorizo frente a la casa del actual presidente de Novagalicia Banco, José María Castellano en pleno centro histórico coruñés.
Los huevos que acabaron manchando la fachada del edificio simbolizaban la rabia e impotencia que sufren miles de ahorradores que confiaron su dinero a las antiguas Caixanova y Caixa Galicia. Paradójicamente, Castellano poco tiene que ver con el origen del problema, ya que los directivos responsables de las cajas que comercializaron estos productos eran otros. El exdirector general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, y el de Caixanova, José Luis Pego, fueron protagonistas de muchos de los carteles irónicos que exhibían los manifestantes. Sus retiros millonarios no han ayudado a templar los ánimos. Los ahorradores que se sienten estafados no reparan en descargar su impotencia sobre cualquier símbolo de Novagalicia Banco.
Los afectados lanzaron huevos y comieron bocadillos de chorizo
La manifestación de ayer puede marcar un antes y un después en la lucha de los ahorradores atrapados en las preferentes. Hasta ahora las protestas se concentraban en la provincia de Pontevedra, especialmente en O Morrazo, O Rosal y Vigo, pero ayer en A Coruña se vieron afectados de toda Galicia. El perfil era muy variado, desde jubilados a personas jóvenes, aunque ninguno tenía aspecto de ser un avezado inversor al que, según estableció en su momento la Comisión del Mercado de Valores, debía destinarse la comercialización de este tipo de productos de alta complejidad.
Varios de los manifestantes explicaban que habían invertido sus ahorros de toda la vida porque confiaron en los responsables de las sucursales que se los ofrecieron como si se tratarse de un depósito a plazo. Nunca les advirtieron de que era un producto perpetuo y que podrían tener dificultades para recuperar su dinero, que no está cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos. Políticos del PsdeG y el BNG, entre los que se encontraban el diputado socialista José Luis Méndez Romeu, y el candidato del BNG a la Xunta, Francisco Jorquera, participaron en la manifestación y coincidieron en reclamar soluciones a los gobiernos central y autonómico. Poco después, el conselleiro de la Presidencia, Alfonso Rueda, criticó ayer la presencia de representantes de la oposición en la protesta e insistió en que la Xunta está del lado de los afectados. Rueda aseguró que tres cuartas partes del dinero desembolsado en preferentes por las cajas gallegas se comercializó durante la etapa del Gobierno bipartito.
A lo largo del recorrido, los afectados lanzaron huevos en diversas ocasiones contra las sucursales y la sede central de Novagalicia Banco. En general la manifestación transcurrió con cierta tranquilidad y entre una discreta vigilancia policial. Se produjeron algunos momentos de tensión, como un incidente con un empleado que trataba de acceder a la Subdelegación del Gobierno y se encaró con un grupo de manifestantes. Otros accedieron con pancartas al interior del moderno edificio de la fundación Caixa Galicia. Frente a la casa de Castellano la calma predominó, pese al lanzamiento de huevos y algunos petardos. La Policía no intervino para impedir estas acciones.
Novagalicia Banco reconoce haber comercializado cerca de mil millones de euros que han sido repartidos entre 43.000 ahorradores de las antiguas Caixanova y Caixa Galicia. Pero también había manifestantes que compraron productos de otras entidades, como La Caixa o Bankia, que sufren la incertidumbre sobre cuando podrán recuperar sus ahorros. Desde la asociación de usuarios de banca Adicae indican que el número de afectados puede acercarse a los 100.000. Algunos incluso ignoran que en su día compraron preferentes y creen que su dinero está a salvo en un depósito.
Antonio Triñanes, un afectado de Rianxo, explicaba que tenía en preferentes los ahorros de toda una vida en la emigración y ahora se encuentra sin la posibilidad de recuperarlos para ayudar a sus hijos. “Vamos a quedarnos en la calle hasta que muramos o nos den alguna solución”.
Al final de la manifestación, el actor de teatro Miguel Pernas y la escritora Teresa Moure leyeron un manifiesto elaborado por los afectados en el que se exige a los políticos que “den la cara” y ofrezcan soluciones. En el texto se advierte que las protestas solo terminarán cuando se devuelva el dinero.
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