El grupo de Currin insta a España y Francia a “contactar con ETA”
El GIC recalca la oportunidad de “poner las armas fuera de la convivencia en el País Vasco”
El Grupo Internacional de Contacto (GIC), que supervisa el nuevo escenario abierto en Euskadi tras el cese de ETA, liderado por el abogado sudafricano Brian Currin, ha emplazado hoy a los Gobiernos de España y Francia a “contactar con ETA” para aprovechar la oportunidad de “poner las armas fuera de la convivencia en el País Vasco”. No obstante, el colectivo recalca que las conversaciones deberían estar enfocadas “exclusivamente a las consecuencias de la violencia y no a cuestiones políticas”.
A través de un comunicado, el GIC ha valorado las reuniones mantenidas ayer y anteayer con distintos agentes vascos para evaluar los siete meses transcurridos desde el cese de ETA. En este sentido, ha calificado el reciente congreso sobre memoria organizado por el Gobierno vasco como un paso más hacia la reconciliación, si bien ha instado a continuar en ese camino “promoviendo la inclusión” y sin vetos. Asimismo, ha recalcado la necesidad de un diálogo multipartito en Euskadi, aunque admite que la precampaña electoral puede dificultarlo. “El período posterior a las elecciones será un momento para avanzar”, considera el grupo.
El Acuerdo de Gernika exige que cesen las detenciones
La nota, elaborada tras el contacto mantenido con la mayoría de los partidos vascos y la participación ayer de un miembro del GIC en la ponencia de Paz que se sigue en el Parlamento autonómico, califica también como “un paso adelante” el plan establecido para la reinserción de los presos etarras anunciado por el Gobierno central del PP, si bien observa con “preocupación la demora en la resolución de la legalización de Sortu”, aplazada por el Tribunal Constitucional, ya que “todos los actores políticos” deben contribuir al nuevo escenario abierto en Euskadi.
Por otra parte, el dirigente de la izquierda abertzale Pernando Barrena ha considerado hoy que el hecho de que portasen armas los dos últimos etarras detenidos el domingo en el suroeste de Francia, el supuesto jefe militar Oroitz Gurrutxaga y su presunto lugarteniente Xabier Aranburu, “obedece a razones de protección personal” más que a una pretensión de utilizarlas. Según ha justificado, “la prueba” es que la pistola del primero y el revólver del segundo eran “perfectamente utilizables” y los arrestados no los usaron, ya que tienen asumido un “compromiso” al respecto. Por eso no cree que exista una posibilidad de “regresión” en la banda.
El GIC cree que después de las elecciones será "un buen momento para avanzar" en el diálogo multipartito
En declaraciones a Radio Euskadi, Barrena ha recalcado que la credibilidad de la decisión etarra de cesar su actividad “es máxima en Euskadi, tanto a nivel político como social”, pese a la “desconfianza” manifestada tras las detenciones por parte del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. En este sentido, el dirigente abertzale ha dado más credibilidad a la versión del consejero vasco del ramo, Rodolfo Ares, quien desde un primer momento descartó los arrestos como una evidencia de que ETA trata de regresar a la actividad armada.
Además, a través de un comunicado, los firmantes del Acuerdo de Gernika han recalcado que “mientras ETA ha cumplido con lo que se le pedía”, en referencia al fin de su actividad armada, los Estados de España y Francia siguen actuando como si la banda no hubiera “dado por terminada su actividad”. Así, han emplazado a ambos Gobiernos a que cesen las detenciones de etarras y emprendan el camino del diálogo.
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