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MÚSICA | CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una roca a la que agarrarse

La ilusión despertada por el anuncio de la continuidad del ciclo del Liceo de Cámara el próximo año, contagió los resultados artísticos de los dos últimos conciertos

En los dos últimos conciertos del Liceo de Cámara reinaba un estado de euforia en el ambiente. El ciclo, con 20 años de existencia a sus espaldas, llevaba varios meses en una situación de coma e incluso se había anunciado en febrero que no iba a seguir después del verano, un golpe mortal para la vida musical madrileña de calidad. En el clima de apocalipsis que envuelve a la sociedad española el anuncio de continuidad del ciclo la próxima temporada se ha vivido como un particular milagro que ha contado con nuevas aportaciones económicas del INAEM y de Telefónica y que se ha beneficiado de la presión de una campaña de firmas a la desesperada de los abonados. Me atrevería a decir que el estado de excitación contagió los resultados artísticos de los dos últimos conciertos, en los que cabe destacar una versión primorosa de la sonata para violín y piano de Franck, con la salzburguesa Hanna Weinmeister y el pianista Alexander Lonquich, y una muy original lectura del quinteto de clarinete de Brahms, a cargo del cuarteto finlandés Meta4 y Matthew Hunt.

XX LICEO DE CÁMARA

Cuarteto Meta4 y Matthew Hunt(clarinete). Obras de Smetana, Reger y Brahms. Auditorio Nacional, Sala de cámara, 29 de mayo.

 Quizás por la ilusión ante el nuevo ciclo camerístico -estupendo, por cierto-  en los corrillos dominaban los recuerdos de los conciertos más destacados de este curso y en ellos tenía un lugar al sol, entre otros, la escalofriante versión de El arte de la fuga, de Bach, a cargo del cuarteto Arcanto, agrupación que volverá en noviembre con dos programas diferentes, como también volverán clásicos de estos ciclos como los cuartetos de Tokio, Ebène, Diotima, Artemis y el Meta4, que esta misma tarde sorprenderá con toda seguridad con obras tardías de Haydn, Fauré y Franck. Un consejo: vayan reservando sus abonos. Los placeres de la vida hay que disfrutarlos mientras duran. Y este ciclo es un santuario de resistencia cultural ante la perdida de valores morales que nos rodea.

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