_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No te quieren, Wert

Si echaron la mirada atrás, fue para demostrar que hoy la enseñanza pública está tan amenazada como hace 40 años

Si eres de clase alta,

 a ti estudiar,

no te hace falta

La voz potente de Javier Alfaya inunda el salón de actos del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada. Hace más de 40 años, estudiaba Filología Semítica. También luchaba contra la dictadura. En enero de 1969 fue a parar a la cárcel. Y de allí, al destierro.

En la enfermería de la prisión compuso sus primeras canciones. El viernes pasado, recordó algunas ante más de 200 personas. La mayoría, antiguos compañeros represaliados por el franquismo. Como él mismo.

El motivo del encuentro de estos luchadores antifranquistas era la presentación de una monumental obra de más de 1.300 páginas (tres tomos) que recoge la historia del movimiento estudiantil en la Universidad de Granada, desde 1965 hasta el golpe de Tejero de 1981.

La represión afectó a más de 350 estudiantes, de los que un centenar pasó por la cárcel y 62 por el Tribunal de Orden Público (TOP). Otros sufrieron multas, torturas o deportación. Tras cursar el bachiller en Granada, yo mismo fui expulsado de la Universidad de Madrid, junto a la hoy escritora y académica Soledad Puértolas.

El asesinato del estudiante de Biológicas almeriense Javier Verdejo Lucas fue el hecho más repugnante de aquellos años. El joven de 19 años murió a tiros de la Guardia Civil. Intentaba escribir en un muro Pan, Trabajo y Libertad. Se quedó en la T.

En honor del valenciano Raimon, autor de Al vent, el mítico himno de la rebelión estudiantil, los autores han titulado su obra La cara al viento. El libro ha sido escrito por seis profesores, capitaneados por Alfonso Martínez Foronda, presidente de la Fundación de Estudios Sindicales de CC OO (Editorial El Páramo).

El encuentro no fue una sucesión de batallitas de viejos luchadores estudiantiles. Al contrario: si echaron la mirada atrás, fue para demostrar que hoy la enseñanza pública está tan amenazada como hace 40 años.

Lo señaló el prologuista y profesor de Historia Miguel Gómez Oliver: “Si entonces luchamos por una Universidad democrática, hoy lo hacemos por una Universidad pública”. Antiguo PNN, Gómez Oliver denunció que “se está produciendo el mayor ataque contra la Universidad pública en 35 años”. El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, suscribió las últimas palabras de Gómez Oliver: “No nos quebraron entonces, y no nos van a quebrar ahora”.

El rector mostró su indignación ante el hecho de que sea “el propio Estado el que critica y denigra la Universidad, a través de sus representantes”. No hacía falta que citara al ministro de Educación, José Ignacio Wert, que había acusado a los rectores de “no estar a la altura de la situación” del país. “No se puede tolerar que acusen a la Universidad de ineficaz y derrochadora”, exclamó el rector.

Las medidas tomadas por el ministro Wert, más tasas y menos becas, dificultarán el acceso de las clases populares a los estudios superiores. Por eso nadie lo quiere: ni profesores, ni padres, ni estudiantes. También el franquismo defendió una Universidad elitista con el pretexto de luchar contra la masificación. Pero, como recordó el rector, no era masificación, sino democratización de las aulas. Como hoy.

Porque los recortes actuales persiguen el mismo fin. Los antiguos luchadores estudiantiles lo denuncian en un manifiesto por la Universidad pública: con estas medidas, dicen, “se condenará a los hijos de las familias más desfavorecidas a ser mano de obra de escasa cualificación”. Apuntó el rector: “Quizás están pensando en un grupo social concreto”. El mismo de hace 40 años: el suyo.

El cantautor Alfaya lo cantó así: “Para qué quieres / un poco de cultura/ si vas a conducir / el camión de la basura”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_