Ecologistas de toda España, contra el exterminio oficial del lobo híbrido
Denuncian un mercado negro de piezas, por 2.000 euros, en la comarca
Una tras otra, desde hace un mes las principales voces autorizadas en materia de lobos en España han denunciado la campaña de exterminio que lleva a cabo la Dirección Xeral de Conservación da Natureza en la Serra do Barbanza. Presumiblemente, se trata de erradicar de la zona donde también subsisten lobos puros una colonia de híbridos de lobo y perro detectada en 2009 y que es imposible de distinguir a simple vista de los ejemplares protegidos por la ley.
La asociación de ganaderos y colectivos ecologistas, todos en pie de guerra aunque por distintos motivos contra la Administración, aseguran que al principio la Xunta dijo que el grupo condenado a muerte lo componían 16 ejemplares, pero fuentes de Conservación da Natureza negaron a este diario que hubiesen dado una cifra de animales que hay que matar. Las cacerías se están llevando a cabo ya desde el año pasado, y en marzo se estrenó una nueva fase cuyo calendario, según la Xunta, “dependerá de los resultados de los análisis que quedan por confirmar”. Habrá nuevas batidas, además de aguardos (la espera al acecho para disparar) y trampas, y se colocarán collares GPS a algunos animales. La Xunta dice que esto último ayudará a “estudiar la etología de la especie”. Según los ecologistas, los lobos con GPS guiarán a los cazadores hacia la manada.
La consellería ha encargado la planificación de la campaña a una empresa de Lugo aunque, según denuncian los ecologistas, ha dejado en manos de cazadores y ganaderos las batidas y los aguardos. El portavoz de la Asociación de Gandeiros do Barbanza, Manuel Boo, lo confirma. Ellos hicieron ya “cinco o seis batidas”, en las que cayeron cuatro lobos híbridos. Este dato lo corrobora la Xunta.
“La consellería está ocultando algo”, afirma el portavoz de los ganaderos
Cuando se le pregunta cómo al disparar saben que son híbridos, cuando según los expertos es imposible distinguir uno de estos cruces de un ibérico si no es a través de un análisis de ADN, Boo defiende que “lobos-lobos los ganaderos no mataron ninguno”. Una vez muertos, Medio Rural envía los cadáveres a centros de recuperación de fauna de Galicia para su estudio, pero pese a que varios colectivos ecologistas y animalistas han reclamado los resultados, de momento no ha trascendido ni un solo dato.
La Sociedade Galega de Historia Natural ha pedido el cese de las batidas. El animal, dice, debe ser capturado vivo y si, tras el análisis genético, resulta que es ibérico, el lobo debe ser devuelto a su hábitat, pero si es híbrido también hay que “protegerlo”. Por su parte, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), difundió hace pocos días un documento demoledor en el que denuncia toda la política llevada a cabo por la Xunta en este caso en concreto y también en general, desde que en 2008 se aprobó el plan gallego de gestión del lobo.
Ascel asegura que la hibridación en Europa alcanza una proporción “ridícula” que no va en aumento y no amenaza la pureza de las especies. Además, habla del “turbio oscurantismo” de la consellería, y critica que ni siquiera exista un comité de seguimiento y que en la comarca se esté produciendo una “concesión masiva de batidas” sin ningún tipo de control y en manos de los cazadores. Desde Conservación da Natureza se habla de la necesidad de esta campaña, para preservar la riqueza biológica y porque los cruces son “más sensibles a ciertas enfermedades”.
Ecologistas de la zona están investigando la existencia de un “mercado negro” de lobos muertos. Un cazador ha reconocido que hay “gente con dinero” que paga 2.000 euros por un macho de ibérico. Luego, los animales se disecan y se usan para dar prestancia al salón noble. Los defensores de los animales temen que se estén aprovechando las batidas autorizadas por Medio Rural para cazar los apetecidos lobos ibéricos, cuya población sigue a la baja en España.
“La hibridación es difícil, pero en O Barbanza se ha dado”, insiste un portavoz oficial de la Xunta, y protesta: “Los ganaderos nos culpan, incluso, de haber soltado estos lobos”. Efectivamente, Boo no tiene problema en afirmar que “la Xunta está ocultando algo” (y en ello, aunque con otras razones, coinciden los ecologistas). El portavoz de los ganaderos está convencido de que estos lobos no nacieron en la sierra, sino que los sueltan periódicamente (“siempre por primavera”). Sospecha de la Xunta porque “no abrió una investigación para aclararlo”.
Tanto los dueños de vacas y caballos salvajes (hay más de 1.000 y 3.000, respectivamente) como los animalistas cuentan que esos cánidos tienen una marca en la oreja, en forma de triángulo o de media luna; “una marca perfecta, hecha claramente por una máquina”, defiende Boo. La Universidade de Santiago, no obstante, concluyó que esas muescas eran consecuencia de la vida asilvestrada, pero en O Barbanza no se lo creen.
33 lazos ilegales cercando una finca
Paralelamente a la cuestionada campaña oficial de la Xunta contra el lobo híbrido, de la que los grupos ecologistas, a pesar de pedir información, no reciben explicaciones, en la zona se ha emprendido otra guerra, muy sucia, contra estos animales, de los que ni siquiera se sabe, tras las bajas, cuántos quedan. Las sospechas recaen sobre algunos vecinos con intereses económicos en aquellos montes que, presuntamente, están recurriendo a los sanguinarios lazos de acero para proteger sus bienes de los lobos. En Boiro, en torno a un terreno vallado en el que pastan animales, fueron localizadas 25 de estas trampas que, según un colectivo ecologista, luego resultaron ser 33. Según Ascel, este delito, lo mismo que el uso de venenos, no es para nada anecdótico en la comarca y no se está persiguiendo. Conservación da Natureza asegura que el asunto “lo está llevando la Guardia Civil bajo control del fiscal”.
El grupo Vox Anima, que después de organizar una manifestación de repulsa en la comarca (y obtener el respaldo de 34 colectivos en Galicia) ya planea una nueva acción en Santiago, localizó de momento cuatro animales muertos, supuestamente lobos híbridos, con señales de una dolorosa agonía. Por su parte, el colectivo Axena avisó de otros tres ejemplares desgarrados por lazos ilegales. Los dos grupos se imaginan que los animales que ellos hallaron no son los únicos que han caído. Estos siete, más los cuatro que reconocen haber abatido los ganaderos, ya hacen 11 y la suma sigue.
Ascel anunció la semana pasada que se va a “presentar como acusación popular ante el fiscal por el hallazgo de lazos y cadáveres de lobo, para que se investiguen los delitos y se persiga a sus culpables”.
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