“Aprender en público es una putada”

“Pues sí, parece la típica historia de la chiquita que se convierte en mujer”, se encoge de hombros esperando una botella de agua que el camarero olvida traer. Anni B Sweet presenta hoy en Madrid su segundo disco, Oh, Monsters!, y por todos lados se repite que su sonido se ha vuelto más oscuro, las letras desengañadas, duras.

“Antes tampoco es que escribiera solo canciones alegres, pero creo que este álbum se ve así porque a la hora de los arreglos elegí reflejar cómo me sentía”, cuenta. Entre su debut y este encuentro en una cafetería de Malasaña han pasado tres años intensos. El negocio musical ya no es el sueño de una chica de 22 años, sino una forma de vida: discográfica, giras, promoción, listas de ventas... E incluso ha habido tiempo para algún desengaño más. “Me daba miedo enseñarles las nuevas canciones a mis músicos”, explica, “pero ellos son también los amigos con los que salgo y han estado conmigo. Han visto que si sueno distinto es porque estaba sintiéndome así en los últimos tiempos”.

El disco tiene una producción más llena, con texturas. El concierto de esta noche se espera que sea largo, con espacio para los instrumentos más allá del combo de voz y guitarra que en tiempos de crisis se está imponiendo en los escenarios de forma abusiva.

“Ahora sufro más en los directos”, explica Anni. “Me preocupan el sonido y los detalles, pero cuando empiezo a tocar me tranquilizo, al menos hasta que termina la canción”. El aprendizaje está siendo complejo. “Es que estoy aprendiendo en público, y eso es una putada”, sonríe. Ahora la gente quiere saber por qué no canta en español, los periodistas le preguntan por las descargas de sus discos en Internet, y ella tienen que preocuparse de llenar salas.

“Es cierto que las cosas al final nunca son tan bonitas, pero estoy contenta porque ahora las estoy viviendo como son, más puras”. La botella de agua nunca llega. Al final, Anni ni la espera.

Anni B Sweet toca hoy viernes en la sala Joy Eslava a las 20.00