Fabra hace un gesto de autocrítica en el PP por los errores cometidos

La vida, a veces, está hecha de pequeños gestos. Y ayer se produjo uno excepcional. Tras tres lustros de discursos hiperbólicos, de proclamas de liderazgo mundial que llegaban a desafiar el sentido común, un presidente regional del PP, Alberto Fabra, realizó un pequeño gesto de autocrítica por los errores pasados de su formación.

Un pequeño gesto que mantuvo en vilo, durante unos segundos, al millar de compromisarios del PP venidos de todas las comarcas para arropar a Fabra en la clausura del 13º congreso regional celebrado en Alicante.

“En estos años hemos hecho grandes cosas pero también hemos cometido errores”, afirmó Fabra, “No predicaremos la honradez, la practicaremos. No predicaremos la austeridad, la practicaremos Y si hemos cometido errores, que es humano, nos disculparemos”.

“Los ciudadanos tienen que saber que les respetamos lo suficiente como para saber reconocer los errores y pedir disculpas. La grandeza de este partido reside en que hemos sabido levantar esta Comunidad, pero a la vez sabemos ser humildes”, aseguró el flamante presidente de los populares valencianos. “Si nos equivocamos, pediremos disculpas, rectificaremos y aprenderemos de nuestros errores”, remachó.

La declaración de buena voluntad formulada ayer por Fabra todavía tiene mucho camino por recorrer. En el congreso celebrado este fin de semana en el Auditorio de la Diputación de Alicante, el presidente de los populares valencianos ha limpiado la dirección regional de imputados. Pero también es cierto que alguno de ellos todavía estaban en primera fila del patio de butacas, como el presidente provincial del PP de Castellón, Carlos Fabra, imputado por delitos fiscales y contra la Administración.

El presidente de los populares valencianos ha limpiado la dirección regional de imputados

Y junto a él, buena parte de los responsables políticos de los excesos y mala gestión que han deteriorado la imagen de la Generalitat durante los últimos ocho años de gobierno de Francisco Camps. Un liderazgo borrado de un plumazo, en ausencia del interesado, sin que hubiera para él la más mínima referencia en la clausura del congreso regional del PP.

Únicamente el vicesecretario general de Estudios y Programas del PP nacional, Esteban González Pons, mencionó el nombre de Camps, junto a los de Eduardo Zaplana, Rita Barberá y Alberto Fabra, para referirse a los liderazgos que tuvo y tiene el PP valenciano.

González Pons, en una intervención coordinada con la de Fabra, también susurró su autocrítica. Fue en medio del puñado de críticas habituales del PP al Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, pero se pudo entender con claridad.

“En este tiempo hemos podido cometer errores y corrijamos aquello en lo que nos hayamos equivocado”, continuó González Pons, “como no ver el tamaño de la crisis que se avecinaba”. La misma crisis que Camps presumía de haber detectado antes que Zapatero y ante la que juraba y perjuraba haber reaccionado con celeridad y eficiencia. Pero de eso ya pocos se acuerdan.

Reconducir la fractura provincial de Valencia

Si los gestos de autocrítica despertaron un cierto estupor entre los compromisarios del PP, el anuncio de que se mantendrán ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, las reivindicaciones tradicionales del PP valenciana provocaron una ovación.

Alberto Fabra arrancó una salva de aplausos, en el discurso de clausura del congreso, cuando se comprometió a mantener un tono reivindicativo ante el Gobierno central para exigir una financiación justa, agua y mayores inversiones del Estado.

"La Comunidad Valenciana exige y se compromete", dijo el líder de los populares valencianos, que recordó el peso del PPCV en los recientes éxitos electorales del partido en la Comunidad Valenciana y en toda España. Fue, probablemente, el momento más emotivo de la jornada de clausura del cónclave. Y es que los populares valencianos ya no tienen la moral que tenían en los años de vino y rosas precedentes. Ahora tienen que hacer frente al desgaste que provocan los recortes y al deterioro que la corrupción ha causado en la imagen de la Comunidad Valenciana.

Los populares valencianos se sienten ninguneados por el Gobierno de Mariano Rajoy, en cuya Administración no han conseguido colocar ningún alto cargo. Una sensación que aumentó ayer en la clausura del congreso. Ningún miembro del Gobierno acudió a arropar a Alberto Fabra en su día de gloria. Se tuvo que conformar con la presencia del presidente gallego, Alberto Nuñez Feijoó, con el que no hay apenas sintonía, y con el presidente balear, José Ramón Bauzá.

El PP valenciano se siente ninguneado por Rajoy, en cuyo Gobierno no han conseguido colocar ningún alto cargo

Probablemente para mitigar ese malestar, la dirección nacional del PP ha decidido organizar su escuela de verano para dirigentes del partido en la ciudad de Gandia el primer fin de semana de julio. Un acto al que podría acudir Mariano Rajoy, que ayer se limitó a mandar un vídeo de saludo a Fabra.

A pesar de todo, el presidente popular recordó a su partido que ahora la prioridad es afrontar la crisis económica y pensar en los intereses de los ciudadanos antes que en los del partido y sus militantes.

Hoy volverá a retomar su agenda de presidente de la Generalitat, aunque más pronto que tarde tendrá que decidir cómo aborda la fractura que el congreso ha dejado en el PP de la provincia de Valencia. Una división que Fabra confía en reconducir antes del congreso provincial, que está previsto que se convoque hoy y que, por el campus de verano de dirigentes populares de Gandia, se retrasará del 7 al 14 de julio.