Galicia rinde un sentido reconocimiento en Vigo a la figura de Paz Andrade

El descubrimiento de una placa en el Edificio Sanchón, donde tuvo su domicilio, la sesión plenaria de la Real Academia Galega (RAG), con media docena de brillantes discursos que exaltaron su obra y biografía, y el acto de la Xunta en el centro integrado de formación profesional que lleva su nombre han sido las tres etapas del sentido homenaje a Valentín Paz Andrade en Vigo, la que fue su ciudad, en el Día das Letras de este año. Su presencia atraviesa el siglo XX, con una actividad desbordante al servicio de Galicia desde que fue presidente de la tuna en 1917, recordó con humor Méndez Ferrín, hasta el mitin del 4 de Nadal (1977), en Vigo, punto de inflexión de la transición democrática.

La colocación de la placa, a las once de la mañana, fue organizada por el Ayuntamiento vigués y fue, de los tres actos del día, el único que no contó con ninguna representación de la Xunta. El diputado socialista Francisco Cerviño fue el protagonista involuntario de la ceremonia ya que, al tratar de auxiliar a la viuda del homenajeado, Pilar Rodríguez, a correr la cortinilla que la desvelaba, la dejó él mismo al descubierto, con sorpresa y bochorno que mereció la hilaridad general.

A unos pasos, en la sede de la Fundación Barrié, en la misma calle Policarpo Sanz, comenzó una hora después la sesión extraordinaria de la RAG, a la que ya acudieron las más altas representaciones institucionales y culturales de la comunidad autónoma, que desbordaron el aforo de la sala donde se celebró la ceremonia, presidida por Xosé Luís Méndez Ferrín, presidente de la RAG, acompañado por el presidente de la Xunta. La elección de este lugar para la ceremonia frente a otras opciones más idóneas estuvo determinado, según ha sabido este periódico, por el temor a que los afectados por las participaciones preferentes boicotearan el acto, ya que las alternativas como marco del mismo llevaban la marca de Novacaixagalicia.

Fue, con todo, el acto central, en el que los sucesivos discursos de los académicos completaron el poliédrico y admirable perfil del ilustre personaje, puesto de actualidad no solo por el reconocimiento de la fecha, sino también por los acontecimientos que actualizan y dan vigencia a su obra. Xabier Vence glosó su impronta de economista y empresario; Manuel Rivas, su simbiosis de periodista y poeta; Ramón Villares, su dimensión política; Xosé Ramón Barreiro, su sensibilidad tecnológica, como complemento desatendido por el culturalismo del galleguismo histórico; Xesús Alonso Montero, la dimensión de su poesía inédita (hasta hace unos días), y Méndez Ferrín, para cerrar, su “voluntad metálica” de patriota gallego, dueño a su vez de “verbo poético singular”.

En el instituto Paz Andrade, en la periferia urbana, intervinieron la directora del mismo, agradecida y emocionada; el alcalde vigués, Abel Caballero; el hijo del homenajeado, Alfonso Paz-Andrade, y una de sus nietas, que recitó uno de sus poemas (Cando ti volvas); de nuevo Méndez Ferrín, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien recordó que incluso la denominación del Gobierno de Galicia debe su nombre, Xunta, a la feliz iniciativa de Paz Andrade, en línea con la tradición de la Revolución gallega de 1846.

A este último acto, además de las autoridades institucionales, solo asistieron representaciones partidarias del PP y del PSdeG, ya que el BNG no fue invitado a los mismos.