De razones para vivir II

Las nieves del Kilimanjaro, de Guédiguian. El María Moliner. Un desayuno con periódicos. La fe animal del Zaragoza. Despertar acompañado. El olor de la tierra mojada. La página de los sábados de Muñoz Molina. Los portaminas. Adam Smith. La honestidad de Pepe, el Cacereño de Guerra Garrido. Los médicos que harán la vista gorda. La mirada seria de un niño. Los remates-brújula del colombiano Falcao. La primera oportunidad. La humildad. Larry Bird. La confianza en el mundo de una mujer embarazada.

Las ilusiones perdidas, de Balzac. La bondad silenciosa. Los colores de David Hockney. El tamborileo de la lluvia en la ventana mientras duermes. Hamaika pauso, de Saizarbitoria. Sentirse en casa. Marcel Marx, el limpiabotas de El Havre. San Juan de Luz. Los campos de fútbol ingleses. Un corazón inteligente, de Alain Finkielkraut. Los fichajes del verano. Max Weber. Un domingo electoral. Los Starbucks. Las películas con abrazo y manta en el sillón de después de cenar. La londinense Carnaby Street. Compartir almohada. El papel Clairefontaine.

Las locomotoras de vapor. La voz de Pasión Vega. El Humphrey Bogart de En un lugar solitario. Los ídolos de la cueva de los miércoles de Rodríguez Rivero. Las casas de cuento de Hondarribia. El pan. El iPad. Las calles empedradas de Toledo. El olor húmedo del césped. La buena fe. Tener alguien al que decir "soy yo". Una chanson retro de Pascal Danel.

El viejo periodismo. El olor de la madera. El lenguaje. Las hojas cuadriculadas. Los libros de bolsillo de Alianza. Una pizarra y una tiza. Hablar en la cama. El desierto de los tártaros, de Buzzati. El sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor de Churchill. El primer chapuzón del verano. Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías. Los barcos. Las dobles páginas de lunes de Ander Landaburu. Las casualidades. Van Morrison. Las subidas a la red de Pete Sampras. El silencio de piedra de las catedrales. Roma.

Correr. La oscuridad de un cine. La claridad a la salida de un cine. El New Deal de Roosevelt. Las uvas de la ira, de Steinbeck y Ford. Los escaparates. La comprensión ajena. El calor de una sudadera de algodón. La oración de John Banville: "el pasado late en mi interior como un segundo corazón". El ruido de pasos de la mujer que amas. La ropa de estar por casa. Las nubes. El cobijo de sentirse querido. El gran politólogo que fue Rafael del Águila. Las revistas. Las gratificaciones diferidas en el tiempo.

Billy Wilder. El yogur. El necesario acuerdo -enterrado de manera triste- de socialistas y populares en el País Vasco. Pasear. La gratitud. La protección invisible del Derecho. Las terrazas. La editorial Acantilado. Albert Camus. Recibir una carta. La montaña mágica, de Mann. La cena y su resumen compartido del día. Open range, de Costner. Los que tienen el don de encantar el mundo. El olor de los periódicos de papel. La solidez de un árbol centenario…