“La etapa de las infraestructuras ha pasado y estamos en el contenido”
“La actividad física, la mediateca y la actividad cultural se deben integrar”
Lourdes Fernández asumió hace tres meses el cargo de directora artística y de contenidos de la Alhóndiga, el centro de cultura y ocio de Bilbao que este mes cumple dos años de vida.
Pregunta. ¿Qué impresión tiene sobre la Alhóndiga después de tres meses de trabajo?
Respuesta. Fundamentalmente, que tiene mayor potencial que el que yo había podido imaginar. Todos estamos de acuerdo en que es una gran inversión, un edificio emblemático, pero cuando hurgas dentro, ves que realmente tiene posibilidades.
P. ¿En qué aspectos?
R. En todos. Aquí hay una mediateca, un centro de actividad física, una sala de exposiciones magnífica, un atrio donde se hacen múltiples actividades, cines, un auditorio y salas polivalentes. En todo queda mucho trabajo por hacer.
P. Su trayectoria profesional está vinculada al arte contemporáneo. ¿Incidirá en ese terreno en la Alhóndiga?
Perfil
Lourdes Fernández (San Sebastián, 1961), licenciada en Historia del Arte, puso en marcha la galería DV de San Sebastián, organizó la bienal Manifesta y fue adjunta a la dirección de la galeria Marlborough, antes de ser nombrada en 2006 responsable de Arco, la feria de arte contemporáneo de Madrid. Cuatro años más tarde, presentó su dimisión por las diferencias con la dirección de Ifema. Antes de ser elegida para sustituir a Marian Egaña al frente de la Alhóndiga, el Ayuntamiento de Bilbao le encargó un estudio sobre la proyección de la ciudad a través del arte contemporáneo.
P. Sí, es mi perfil, pero esto no es un centro de arte contemporáneo. Otra cosa es que la sala de exposiciones debe tener una personalidad propia y entrar en aspectos de arte contemporáneo que no se hacen en Bilbao y en otros temas. Puede parecer obvio, pero tenemos que dar voz a lo local e ir más allá. La Alhóndiga tiene que jugar esa partida. La sala de exposiciones va a tener un programa con el arte, el diseño y la tecnología como guía y la ciudad como pretexto. Y vamos a buscar innovación en un espacio donde también existen una mediateca y un centro de actividad física.
P. ¿Cómo se deben repartir el protagonismo esas tres patas de la Alhóndiga?
P. No se tienen que repartir; se tienen que integrar. El gran reto es cómo los entrelazamos. Hoy en día, toda la creación tiene mucho que ver con la gente, cómo participa y qué quiere.
P. ¿Es necesario integrarlas porque nacieron de espaldas?
R. No sé cómo nacieron, pero en la situación actual está fenomenal que tengamos tres patas distintas, porque es dificilísimo mantener un edificio de 45.000 metros cuadrados, de titularidad exclusivamente municipal, solo para cultura. La Alhóndiga, por el motivo que sea, es polivalente y por ese aspecto es un centro muy contemporáneo. La etapa de las infraestructuras ha pasado y ahora estamos en el contenido. La situación económica es otra y también los requerimientos de la población.
P. ¿Condicionan las características del edificio la programación?
R. De forma positiva. Podemos hacer de todo. Condiciona más la circulación en su interior. Estamos mirando cómo fluir por todo el edificio, cómo hacer que la movilidad sea fácil. Creo que esta muy bien concebida la separación en edificios y su carácter multidisciplinar.
P. ¿Cómo entiende la relación de la Alhóndiga con otras instituciones culturales de Bilbao?
R. Somos complementarios. El Guggenheim y el Museo de Bellas Artes de Bilbao tienen sus campos de actuación muy definidos. No tenemos que hacer lo mismo. La Alhóndiga tiene que cubrir lo que ellos no cubren, como los creadores locales que trabajan con calidad.
Somos complementarios a otras instituciones de Bilbao”
P. ¿Y la proyección exterior?
R. Creo que tenemos que crear una red de trabajo internacional con centros similares, fundamentalmente en Europa, para desarrollar proyectos conjuntos.
P. ¿Dónde están las referencias? ¿Hacia dónde mira?
R. La Alhóndiga no tiene que buscar referencias que ya están hechas. Pero miramos, por ejemplo, a Arts Electronica, en Linz, un centro fantástico de arte y tecnología, que funciona como un laboratorio para artistas. O al ZKM de Karlsruhe, que en otra escala es un modelo multifuncional que abarca exposiciones y un centro de producción. Debemos entrar en contacto, y dotar a la Alhóndiga de su personalidad propia
P. ¿Qué personalidad?
R. Local y global, mirar al barrio y a la gente que trabaja en la creación en Bilbao y, a la vez, entrar en una red internacional. Tiene que ser, fundamentalmente, arte, tecnología y diseño, jugar un papel innovador en la relación con las personas, y ser un punto de encuentro.
P. El alcalde, Iñaki Azkuna, defiende que Alhóndiga debe cubrir un déficit en la actividad literaria de la ciudad.
R. Estoy de acuerdo. Tenemos que avanzar en los contenidos de la mediateca, pero tan importante es la formación, aportar cursos en ese ámbito, en la crítica literaria y artística. Podemos tener un festival como Gutun Zuria y una gran mediateca, pero si la gente no aprende a disfrutar de las letras, leyendo y escribiendo, no habremos conseguido mucho.
P. Tiene un contrato de dos años prorrogables a otros dos. ¿Es tiempo suficiente?
R. Creo que sí. Las líneas generales para el próximo año estarán listas el próximo octubre. Otros proyectos necesitan más tiempo.
P. ¿Habrá presupuesto para desarrollarlos?
R. Creo tanto en los proyectos hechos con pocos recursos como en los que se hacen con muchos. Claro que habrá restricciones, pero trataremos de que no afecten a los servicios ni a los proyectos. No todo se hace con la chequera.
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