Duro revés para Álava con el ERE para 352 trabajadores de Celsa
Supondría el cierre de las plantas siderúrgicas de Vitoria y Urbina
Álava encajó ayer otra pésima noticia para su tejido industrial y económico con el anuncio de la dirección de Celsa Atlantic, la antigua empresa alavesa Laminaciones Arregui, de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que plantea el despido de sus 352 trabajadores y el cierre de sus plantas de Vitoria y Urbina. Esta regulación, adelantada por el comité de la empresa, se une a la planteada el pasado mes por Michelín dentro del sector de las grandes firmas de este territorio.
Una representación de la plantilla de Laminados Arregi, integrada en el grupo multinacional Celsa, se concentró ayer frente al Parlamento vasco, en Vitoria, para denunciar su situación. El presidente del comité, Asier Giraldo, en declaraciones a los periodistas, adelantó que la empresa presentó este pasado miércoles un ERE de extinción que plantea el cierre de las plantas de Vitoria y Urbina y el despido de las 352 personas que trabajan en ellas. Para Gustavo López de Armentia, responsable sindical de ELA en esta empresa, los planes de la empresa de cerrar sus plantas en Álava no han hecho mella en el ánimo de la plantilla, que está dispuesta a mantener los paros que han empezado esta semana y que continuarán la próxima, así como la huelga indefinida que tenían previsto iniciar el 21 de mayo.
La plantilla va a mantener el plan de huelgas ya iniciado
Giraldo, a su vez, ha planteado incluso la posibilidad de que, de confirmarse la clausura de estos centros de trabajo, también se produzca el cierre la planta vizcaína de Nervacero, que también pertenece a Celsa y en la que trabajan alrededor de 350 operarios. El comité de Nervacero, que hasta ahora se ha opuesto a aceptar la bajada salarial, el incremento de jornada y los despidos planteados por la empresa, se reunirá el próximo 16 de mayo con la dirección para darse una última oportunidad de “acercar posturas”.
De todas formas, la dirección y el comité de Celsa Atlantic tienen previsto reunirse el próximo martes para tratar de acercar posturas. Giraldo ha considerado, según Europa Press, que el ERE de extinción podría ser una especie de “órdago” para que la plantilla acepte la oferta anterior de la dirección, que consistía en 91 despidos y una reducción salarial del 20%, así como una mayor flexibilidad laboral.
Temor a que la crisis del grupo pueda afectar a Nervacero
Según ha indicado, los responsables de la empresa ya trasladaron en su momento al comité que la aceptación de estas condiciones evitaría el cierre de las plantas alavesas. El presidente del órgano de representación de los trabajadores ha explicado que se encuentra a la espera de conocer si, en la reunión de este próximo martes, la dirección vuelve a plantear esta opción como alternativa al ERE de extinción.
Giraldo ha afirmado que el comité está dispuesto a aceptar las condiciones planteadas, pero siempre que la dirección ofrezca “garantías” de que, de esa forma, no se cerrará la empresa más adelante.
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