El Supremo desautoriza a la Audiencia vizcaína y condena a Ibarra a cuatro años

Nueve años después de su destape, el caso Ibarra ha protagonizado un giro inesperado de 180 grados en última instancia. El Tribunal Supremo ha decretado finalmente cuatro años y medio de prisión para el exjefe de la Inspección Fiscal de Bizkaia, Juan Ramón Ibarra. Conocida por EL PAÍS, la sentencia desautoriza la absolución previa por parte de la Audiencia de Bizkaia, que en abril del año pasado resolvió que la Fiscalía territorial, como única acusación, no había sido capaz de demostrar los cuatro delitos que achacaba al imputado: uno continuado de falsificación de documento público, otro continuado de prevaricación, un tercero de desobediencia y un último de cohecho. El fallo solo es recurrible ya ante el Tribunal Constitucional y como medida de gracia.

Al ser superior a dos años, la condena aboca al ingreso en prisión de Ibarra, al que la Fiscalía acusa de la elaboración de un listado protegido de contribuyentes, tanto personas físicas como jurídicas, a los que supuestamente otorgó un trato de favor para impedir o dificultar que se les realizaran inspecciones tributarias. La resolución, sin embargo, ratifica la absolución previa de la exjefa de Documentación Fiscal Valvanera Canal, para la que el Ministerio Público pedía también pena de cárcel por falsificación de documento público y prevaricación.

La decisión supone un espaldarazo para la Fiscalía provincial, la única acusación

El fallo del Supremo supone un espaldarazo para la fiscal jefe de Bizkaia, Carmen Adán, que asumió personalmente la acusación contra Ibarra y decidió llevarla hasta última instancia, pese al varapalo de la Audiencia, incluso contra el criterio personal de algunos de sus compañeros de profesión. El fallo del tribunal territorial fue contundente contra la máxima responsable del Ministerio Público en Bizkaia, al resaltar su incapacidad para demostrar, durante la vista oral, las numerosas irregularidades denunciadas.

La decisión del Supremo, por el contrario, supone una profunda desazón no solo para Ibarra, sino también para un PNV que celebró su absolución previa como la demostración de una “crítica injustificada” hacia el acusado y la Diputación de Bizkaia, según manifestó el propio líder nacionalista, Iñigo Urkullu.