Urkullu reta a López a testar su respaldo político en el Parlamento vasco

Comedido, pero contundente, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, no aprovechó ayer la ruptura entre socialistas y populares para hacer leña del árbol caído y reclamar un adelanto electoral en Euskadi, pero sí retó al líder del Gobierno vasco, Patxi López, a testar su respaldo actual en el Parlamento con una cuestión de confianza. “Es determinante que aclare con cuántos de los 39 votos que le hicieron lehendakari cuenta a día de hoy, ya que la sociedad vasca exige claridad ante la gravedad de la crisis que padecemos y los retos de la normalización política que debemos afrontar”, manifestó.

Durante una comparecencia en Sabin Etxea, organizada para analizar el desencuentro entre los socialistas vascos y su socio preferente, Urkullu presentó como imprescindible la moción de confianza para conocer la “fotografía” actual de la Cámara vasca. Remarcó que será tras la misma cuando López tendrá que “someterse a las reglas de la democracia y a la voluntad de la ciudadanía”. “Si ya había debilidad antes, por la fragilidad del propio pacto, hoy la situación resulta insostenible”, consideró el líder nacionalista, para quien supone una “irresponsabilidad seguir adelante con un Gobierno desnudo de ideas, estrategias y alianzas”.

No quiso ir más allá en sus exigencias. Pese al reto por antonomasia que para el PNV suponen las próximas autonómicas, su presidente no quiso abordar ayer la posibilidad de un adelanto electoral, por la que sí abogó el propio líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti. También garantizó que, con independencia de la cuestión de confianza propuesta, su partido no presentará ninguna moción de censura. “No contemplamos esa posibilidad en un Parlamento que no está completo”, señaló, en referencia a la ausencia de la izquierda abertzale.

“Debe aclarar con cuántos votos de los que le hicieron ‘lehendakari’ cuenta”

Aunque en las filas nacionalistas nunca han descartado la posibilidad de un adelanto electoral ante los crecientes rifirrafes de socialistas y populares, Urkullu confesó ayer que se enteró de la noticia “a través de los medios de comunicación” y aseguró desconocer “cuáles pueden haber sido las razones de fondo del anuncio”. No quiso hacer pronunciamientos al respecto, pero sí advirtió de que realizar un anuncio de semejante calado a través de una entrevista radiofónica puede “responder a determinados intereses”. Por eso, resaltó que el Parlamento “debe escuchar también al PP”.

El líder nacionalista aclaró que su formación no contempla ningún cambio de actitud respecto al PSE tras la polémica suscitada. Ni siquiera ante la oferta lanzada anteayer por el propio López para alcanzar un acuerdo económico “sin demagogias”, a la que Urkullu restó cualquier credibilidad. “Estoy escarmentado del PSE y del lehendakari”, manifestó, tras asegurar que “no vale la pena apelar al PNV después de haberlo despreciado” durante los tres últimos años, en referencia a los reiterados intentos de acercamiento que, en su opinión, ha impulsado su partido desde el relevo en Ajuria Enea, pese a la “escenificación de un pacto entre dos formaciones que no ganaron las elecciones” de 2009.

El presidente de los nacionalistas descarta una posible moción de censura

Más que aprovechar el desmarque del PP y la soledad a la que aboca al lehendakari, Urkullu recurrió a la propia gestión de López como argumento para impulsar su desgaste. Recordó el crecimiento del paro en Euskadi, la multiplicación del déficit y de la deuda pública, o la aplicación de los recortes impulsados por el anterior Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero. Con este escenario, dejó claro que hoy “no es el día de hacer balances”, en referencia a la comparecencia pública que tiene prevista el líder del Ejecutivo autónomo en Lehendakaritza para analizar sus tres años de mandato y la ruptura con el PP. “Es el momento de asumir responsabilidades”, contrapuso.

El presidente del PNV criticó también a López por generar incertidumbre con unas declaraciones que no supo identificar si las realizó como presidente vasco o como secretario general del PSE. Dos cargos cuya compatibilidad puso en cuestión durante su comparecencia en Sabin Etxea. Enganchó así con el debate interno iniciado entre las filas nacionalistas para elegir a su próximo candidato a lehendakari. Un nombramiento sobre el que un previsible adelanto electoral no tendría repercusión, según aclaró ayer Urkullu. El nombre del aspirante, que la ejecutiva pretende sacar adelante sin discrepancias para favorecer su posterior ratificación por las bases, podría conocerse a finales del presente mes de mayo.