La visibilidad pendiente del PSC

El último congreso del PSC hizo propósito de enmienda para reconsiderar su relación con el PSOE y zanjó el eterno debate sobre el perfil propio de los socialistas catalanes prometiendo que se iba a “asegurar la visibilidad y coherencia” de sus diputados. Para hacer realidad el deseo, el congreso votó una resolución sobre el camino que seguir, pero hasta ahora no se ha echado a andar.

Pere Navarro, primer secretario del PSC, se entrevistó con Alfredo Pérez Rubalcaba el 14 de febrero, nueve días después de la elección de este como líder del PSOE y cuando en la calle de Nicaragua aún se lamían las heridas por la derrota de Carme Chacón. Seguramente, eso explica la frialdad del encuentro del que solo salió la promesa de “actualizar y fortalecer” la relación entre ambos partidos y volver a reunirse.

Semanas después, hubo una cena de la troika del PSOE con la del PSC, pero no se avanzó en nada y desde entonces no ha habido encuentros. “Hay un acuerdo sobre la necesidad de llegar a un acuerdo”, admite Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE, pero poca cosa más, al margen de la declaración de buenas intenciones que también pregona el PSC.

“Existe voluntad de negociar porque nos interesa a ambas partes, pero no ha habido tiempo por el calendario político de las últimas semanas, con las elecciones andaluzas y los congresos socialistas regionales”, se justifica Daniel Fernández, secretario de organización el PSC y diputado en el Congreso. “Voluntad sí, certeza, no”, precisa otro dirigente socialista catalán, quien admite que no será fácil que el PSOE asuma la enmienda Ros-Bustos, pactada por los alcaldes de Lleida y Sabadell antes del congreso.

Esa resolución prevé la posibilidad de que “en casos excepcionales”, los diputados del PSC puedan votar distinto de los del PSOE en el Congreso, en temas relativos al autogobierno o de interés para Cataluña, siempre que no se hayan puesto de acuerdo en una comisión paritaria que han de crear PSOE y PSC para los temas catalanes que se tramitan en Las Cortes. La enmienda reclama, incluso, replantear el protocolo de relación entre ambos partidos, de 1978. Valenciano afirma que sería “muy raro” que los diputados del PSC rompieran la disciplina de voto y le parece “razonable” que se redacte un nuevo protocolo.

Tras el alejamiento que significó la apuesta del PSC por Chacón como candidata a liderar el PSOE, en la calle de Ferraz aseguran ahora que están por pasar página. “El consenso y el disenso serán pactados”, dice Valenciano. En el PSC se admite que si quieren visualizar su perfil propio con la actual dirección del PSOE, solo lo lograrán con paciencia. “A nosotros nos interesa llegar a un acuerdo con ellos, pero a ellos también con nosotros”, dice Fernández.

Las voces del PSC que en el congreso pidieron desmarcarse más del PSOE, piden tiempo. “Se debe hacer sin prisas, pero sin pausa, porque fue un tema central del congreso y la militancia preguntará qué hay de lo que se dijo”, explica Joan Ignasi Elena, candidato a liderar el PSC. “Hay que dar un margen de tiempo, porque un tema como este afecta a las estructuras del PSOE y cambiar eso siempre es lento”, dice Ros.

Valenciano y Fernández coinciden en que antes del verano se pasará a los hechos y empezará la negociación ente las direcciones de ambos partidos, aunque siga sin haber fecha para una reunión.