Jazz sin fronteras

Sólo con que el trío Tarbaby deje la mitad del buen sabor de boca que otro trío norteamericano, Fly, dejó recientemente tras de sí en el Jimmy Glass, podrían darse por satisfechos los aficionados que acudan a la cita del próximo lunes día 7. Y es que, si Fly llenó hasta la bandera y dejó gente en la calle, Tarbaby no debería ser menos, dado que a la cotización al alza de las tres figuras que lo integran, se suma el genio que el muy veterano Oliver Lake imprime al saxo alto y que ha dejado patente a lo largo de cuarenta años de carrera.

Poeta, pintor y compositor, Lake es un artista integral capaz de abarcar diferentes estilos y disciplinas, de hacer arreglos para Björk o Lou Reed; componer para la Brooklyn Philharmonic, el cuarteto Arditi o el San Francisco Contemporary Players, o compartir escenario con Me’shell Ndegeocello. Todo ello aparte de su rica vida literaria y jazzística en distintos formatos. Diríase que ningún tipo de jazz le es ajeno, afirmación en cierta medida aplicable a la espléndida sección rítmica que forman Orrin Evans al piano, Eric Revis al bajo y Nashett Waits a la batería.

Embajadores de un jazz sin fronteras generacionales ni estilísticas, Tarbaby y Oliver Lake abrirán el lunes un nuevo ciclo en el Jimmy Glas, Jazz en Primavera. Se trata de un triple programa que seguirá el día 15 con el cuarteto del saxofonista portorriqueño Miguel Zenón y concluirá el 17 con la actuación del pianista valenciano Albert Sanz. Este último concierto reviste especial relevancia por cuanto Sanz presenta recién salido del horno su nuevo álbum, grabado analógicamente en los legendarios estudios Sear Sound de Nueva York a finales de noviembre pasado. La compañía, tanto en estudio como en directo, es de lujo, con Javier Colina al contrabajo y Al Foster, antiguo componente del grupo de Miles Davis, a la batería.