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La afición de disparar a los aviones

Observar y fotografiar aeroplanos es la pasión de los ‘spotters’ Las pistas de Barajas se abrieron ayer a un grupo de 150 de ellos, de 15 nacionalidades

Un grupo de 'spotters' fotografía un avión de Iberia.
Un grupo de 'spotters' fotografía un avión de Iberia.CARLOS ROSILLO

“Venga bonito, ¡arriba! Le va a costar levantar el trasero”. Montse Pin habla mientras observa como un avión Airbus A340 de Iberia despega en el aeropuerto de Barajas con destino a Chicago. Está a unos pocos metros de la pista con la cámara de fotos preparada para disparar hacia los aviones que entran y salen. Es una de las dos únicas mujeres que se han desplazado al aeródromo con motivo del tercer encuentro de spotters (o fotógrafos coleccionistas de aviones) organizado por Aena y la asociación aeronáutica Aire, que concentra durante toda una jornada a 150 aficionados de 15 nacionalidades.

Esta madrileña no entiende por qué hay tan pocas mujeres e insiste en que ella es una chica como cualquier otra. “No es verdad que este pasatiempo sea solo para hombres, como dicen algunos”, señala. También han acudido al encuentro niños deseosos de emular el hobby paterno y extranjeros, desde griegos hasta chinos, pasando por ingleses. Su interés se centra en aviones poco comunes en sus países. ¿Un ejemplo? Los Iberia Express, todo un espectáculo para los foráneos.

Un grupo de 'spotters' descubrió los vuelos secretos de la CIA

Montse es funcionaria, tiene 46 años y hace más de 10 que se interesó por este hobby que se basa en captar y coleccionar imágenes de aviones. Las toma cuando despegan o aterrizan, pero también cuando están aparcados. Las rarezas son lo más codiciado y, aunque estén paradas, merecen una instantánea. Una de esas rarezas derivó en el descubrimiento de los vuelos secretos en los que la CIA transportaba a supuestos terroristas de forma ilegal a EE UU. Los aviones, blancos y sin más identificaciones visibles que la matrícula, llamaron la atención de los spotters que tomaban fotos en el aeropuerto de Palma de Mallorca y que fueron los que informaron de este fenómeno.

Montse es, como todos los que están ahí, coleccionista del momento, de matrículas, de modelos o destinos de aeroplanos. “Me gustan las máquinas desde pequeña y los aviones particularmente, pero no sabía nada de este mundo”, cuenta. Gracias a Internet pudo comenzar a practicar esta afición.

El spotter no siempre utiliza una cámara. Según cuenta el aficionado Luis Álvarez, el hobby llega de la mano de los británicos del siglo XIX. Apuntaban en una libreta los horarios en que los trenes entraban y salían de la estación londinense de Waterloo, así como el tipo de locomotora. “Con el tiempo llegaron los aviones, Internet y las cámaras digitales. Por eso evolucionó a lo que es ahora”, declara Luis, que de repente corre hacia la valla ante la aparición de otro avión preparado para el despegue. Las aplicaciones para los smartphones son la última novedad. “Podemos saber a dónde van, si va a llover o que dirección tendrá el viento”, expone este aficionado que trabaja en un banco.

Un grupo de personas dirige su objetivo hacia un aeroplano que está aterrizando.
Un grupo de personas dirige su objetivo hacia un aeroplano que está aterrizando.CARLOS ROSILLO

José Ramón Valero se sube a la escalerita que se ha traído de casa para que la valla no interrumpa su fotografía. Es uno de los organizadores del evento, miembro de la asociación Aire y forofo de la aeronáutica. No solo ha trabajado en Iberia sino que ahora dirige la revista especializada Avión revue. “Cuando era pequeño vivía en Coslada. Me subía a la terraza y veía pasar los aviones casi rozándome. Con 13 años ya cogía la bicicleta y venía al aeropuerto a observarlos más de cerca. Poco a poco me di cuenta de que había más gente como yo y descubrí que nos llamaban spotters”, rememora. Ese fue el inicio, al menos para él. Primero compartían diapositivas e intercambiaban las fotos por correo, sobre todo con extranjeros. Después llegó Internet. Facilitó la promoción y creación de asociaciones y extendió la afición hacía gente externa al universo spotter. A día de hoy organizan viajes a aeropuertos, dan conferencias y presentan exposiciones. Entre sus últimos proyectos se encuentra la creación de miradores para convertir el pasatiempo en una oferta de ocio más.

Un American Airlines despega. El ruido es ensordecedor y, de pronto, no existe nada más para ellos. Una fila de 150 personas apunta con su objetivo hacia el avión e inmortaliza el momento.

El primer ‘spotter’ chino

Peng Cheng asegura que es el primer chino de la historia que viaja por los aeropuertos del mundo en busca de instantáneas coleccionables de aviones. El primer spotter chino, dice. Su enorme teleobjetivo da idea de la magnitud de su pasión. Eso y sus fotografías publicadas en revistas aeronáuticas del gran gigante asiático. Nació en Chengdu, en la provincia de Sichuan (a casi 2.000 km de Pekín), pero en 2007 se trasladó a Granada para estudiar fotografía. “He venido solo para asistir al encuentro”, dice sonriente y con un marcado acento andaluz. “Amo la fotografía y puedo vivir de ello. En China soy bastante famoso a raíz de este hobby que descubrí allí y que desarrollo en toda Europa”, detalla.

Este chino granadino explica que está en Barajas por gusto y no por trabajo, aunque puntualiza que, si luego puede sacar algo de dinero, “mucho mejor”. Inmortaliza todo tipo de aviones pero reconoce que le interesan, sobre todo, los que tienen pinturas especiales: Hello Kitty, Bart Simpson, Pokémon. Estos son los que más impactan en su país y, coincidencia o no, los que más le atraen a él.

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