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“Iñigo, siempre te recordaremos”

La Ertzaintza vivió momentos de cierta tensión con algunos aficionados, pero sin incidentes

Aficionados del Athletic, delante de una pancarta en recuerdo de Iñigo Cabacas.
Aficionados del Athletic, delante de una pancarta en recuerdo de Iñigo Cabacas. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Cada rincón de Bilbao se sumergió ayer a fondo en el espíritu festivo que precedió y siguió al partido del Athletic y el Sporting de Lisboa. Y en alguno de esos espacios latía con fuerza, además, el recuerdo del joven Iñigo Cabacas, fallecido el pasado 9 de abril tras recibir un pelotazo en la cabeza por parte de agentes de la Ertzaintza en unos incidentes registrados cuatro días antes en un pequeño callejón de la céntrica calle María Díaz de Haro, tras el encuentro entre el equipo rojiblanco y el Schalke alemán.

El trágico suceso estaba llamado a marcar el choque de ayer, y más concretamente, a poner el foco en la actuación de la Ertzaintza, que ayer desplegó el mayor dispositivo establecido nunca en un partido, y el ambiente entre las distintas aficiones, los agentes y un grupo radical identificados por el departamento de Interior. Si bien no se produjeron enfrentamientos abiertos, en la calle Sabino Arana, muy próxima a San Mamés, se vivieron momentos de tensión entre varios grupos de jóvenes que portaban pancartas que recordaban a Cabacas.

En una de ellas, de grandes dimensiones, se podía leer: Justizia. Iñigo, beti gogoan (Iñigo, siempre te recordaremos) junto a una foto del joven. Muy cerca, un nutrido grupo de personas portaba otra pancarta, que también pedía “justicia” para el aficionado vizcaíno. Junto a ambos carteles, agentes de la Ertzaintza permanecían inmóviles y en silencio. Se respiraba una calma tensa que se rompió cuando otra patrulla pasó por delante de ambos grupos. Los ertzainas fueron recibidos con silbidos y al grito de “sinvergüenzas” e “hijos de puta”.

El primer operativo tras la muerte de Cabacas convivió con carteles que pedían “justicia”

El punto del callejón de María Díaz de Haro donde Iñigo recibió el pelotazo, durante días lleno de mensajes dirigidos al joven, velas y fotografías, ayer lucía desnudo. Cientos de jóvenes disfrutaban de sus copas y aventuraban posibles resultados del choque en animadas conversaciones junto a un único y contundente cartel colocado en una pared junto a la entrada de un bar. Sobre una imagen de Iñigo, un lema: Justicia.

En esa misma línea, de contención y protesta pacífica, impuesta desde el principio por los amigos y los familiares de Cabacas, la persiana del bar que regentan los padres del joven, Fina y Manuel, también estaba limpia. Ni rastro de los mensajes, flores y cartas de conocidos y amigos de Iñigo, que durante días llenaron la puerta del local.

Algunos agentes fueron increpados por varios grupos a su llegada a San Mamés

En ninguno de estos dos lugares se atisbó presencia policial alguna. Sin embargo, el despliegue en toda la ciudad fue extraordinario. De hecho, fue el mayor dispositivo visto nunca en un partido. Medio millar de agentes tomaron las calles en el primer operativo tras la muerte de Cabacas. Al margen de la fuerte y habitual presencia de agentes en los alrededores del campo de San Mamés, la brigada móvil y la de refuerzo se situaron en puntos estratégicos de la ciudad, como la calle Iparraguirre, Moyúa o el Casco Viejo. También había varios agentes de paisano distinados a informar a los ciudadanos. El operativo de la Ertzaintza, que se inició el miércoles, buscaba vigilar de cerca a las dos aficiones, que no protagonizaron altercados de imporancia, y seguir los movimientos de un grupo “radical y violento” al que se le atribuían anteriores incidentes en los partidos del Athletic en la competición europea.

Ambas aficiones mostraron ayer un comportamiento ejemplar en los instantes previos al choque. Salvo las excepciones que existen siempre en todas las hinchadas de cualquier equipo del mundo, los seguidores del Sporting demostraron desde el principio un buen talante y una sana deportividad. Además de corazón. Y es que en el partido de ida en Lisboa, los portugueses mostraron una pancarta en recuerdo de Iñigo Cabacas en un momento del choque.

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