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Libreros a prueba de crisis

Abre la Fira de Valencia más modesta en recursos y rica en oferta

Los primeros visitantes llenaron el paseo de Antonio Machado de los Viveros tras la inauguración, ayer, de la 43ª Fira del Llibre de Valencia.
Los primeros visitantes llenaron el paseo de Antonio Machado de los Viveros tras la inauguración, ayer, de la 43ª Fira del Llibre de Valencia. JOSÉ JORDÁN

Lo dijo la presidenta del Gremi de Llibrers, Gloria Mañas en la inauguración de la 43ª Fira del Llibre Valencia en los Jardines de Viveros: “Tendrá el discutible honor de hacerse con los recursos más modestos”, ya que ninguna de las ayudas económicas públicas anunciadas se han publicado y mucho menos hecho efectivas. El número de puestos, sin embargo, ha aumentado de 79 a 83, se han añadido nuevos espacios y la presidenta de los libreros aseguró que “esta feria continuará”. El espíritu emprendedor de las cuatro librerías incorporadas este año avalaría esta afirmación. “Somos más baratos que Lady Gaga”, ironizó en referencia a otros gastos culturales, al tiempo que reclamaba el apoyo de clientes y patrocinadores “en función de la confianza mutua”.

Tanto el secretario autonómico Rafael Ripoll como la alcaldesa, Rita Barberá, insistieron en que se concederán las mismas ayudas que el ejercicio anterior o equivalentes. Ésta última dijo que “aquí no hay recortes”, y que desde el Ayuntamiento se crean “más bibliotecas” y se potencia “la afición por la lectura”. Los socialistas Joan Calabuig y Juan Soto exigieron el pago de los 19 millones adeudados a los libreros y denunciaron la disminución del presupuesto autonómico de compra de libros para bibliotecas, además de resaltar el descenso del índice de hábitos de lectura de los valencianos.

Detrás del aumento de 83 a 87 puestos hay en todos los casos iniciativas emprendedoras

En torno a 300 autores pasarán por la feria hasta el día 6 de mayo en que cerrará sus puertas. Entre ellos, Almudena Grandes, Ferran Torrent, Paco Roca, Isabel Clara Simó, Jesús Ferrero, Luis Eduardo Aute, Fernando Delgado, Laura Gallego Gemma Pascual o Josep Piera. Hoy, viernes estarán, entre otros, Mari Jungstedt y Joan Garí.

La Fira del Llibre de Valencia abre con cuatro casetas nuevas. Cuatro razones para emprender cuatro aventuras bibliófilas. Una es tan nueva que la librería todavía no ha abierto oficialmente sus puertas a la calle. Se llama Rana Books y su propietaria es Christina Gebbia, una antropóloga estadounidense afincada en Valencia que ha hecho realidad un deseo largo tiempo acariciado. “Siempre me ha gustado la educación, tengo tres niños y nunca he encontrado libros divertidos en inglés para ellos”. Lo de divertido no es un mero calificativo, es la clave. “Lo mejor es aprender un idioma de forma entretenida”, subraya. “Sé que es una locura abrir ahora”, confiesa, “pero es que ahora hay una demanda y creo que hay que apostar por cosas diferentes y trabajar mucho”.

Mucho ha trabajado José Pascual desde que en 1973 abrió la librería La Pau en la calle de El Bachiller. En 1976 le pusieron una bomba y continuó, especializándola en Psicología. Creó una editorial igualmente especializada, pasaron los ochenta y los noventa y continuó, hasta que en 2008 cerró por jubilación. De repente, decide reabrirla en la avenida de Los Naranjos y, sin levantar las persianas todavía, se presenta en la Fira del Llibre. Con la que está cayendo. “Precisamente por eso”, justifica. “El mundo del libro está cambiando tanto que si no nos preocupamos por potenciar la cultura del libro nosotros, los de la Galaxia Gutemberg, ¿quién lo va a hacer?”. No hay recetas mágicas: “Hay que ser coherentes y persistentes en nuestras metas, optimizar recursos y confiar en tiempos mejores”, enuncia con el entusiasmo de un librero con tres carreras que leyó una lección magistral en La Nau Gran sobre El mundo del libro.

Un joven con un niño, ayer, en una de las casetas de la Fira del Llibre de Valencia.
Un joven con un niño, ayer, en una de las casetas de la Fira del Llibre de Valencia.JOSÉ JORDÁN

¿Crisis? “Ese fue el motivo de dar el salto, había que hacer algo, tenemos niños pequeños y una sensibilidad especial hacia la lectura”, explica Gustavo Esteve, que abrió en 2009 la librería Espacio Lector Nobel. Pensaron que “el sector del libro infantil estaba poco explotado”. Con tal planteamiento se acogió a esta franquicia, dedicando el 50% de los estantes al material para niños y multiplicando las actividades relacionadas con ellos. Dos años de vida en plena crisis y se introducen en la feria: “Se trata de ir más allá del barrio y darse a conocer en la ciudad”.

La cuarta librería nueva es de una editorial, Bromera, que hasta ahora funcionaba de forma virtual y ahora se puede tocar. Un caso infrecuente, pero coherente: “Es una apuesta definitiva por una presencia estable en la feria”, explica un portavoz de la editorial recordando otras ediciones en que la editorial aparecía dentro de las casetas de librerías como Samaruc o Xúquer. “Se trata de conseguir una visibilidad, accesibilidad y publicidad total”.

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