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La Xunta rescata la Fundación Cela sin aclarar el futuro de sus deudas

La entidad atraviesa una severa crisis y asiste al deterioro del legado del Nobel Jesús Vázquez relevará a Marina Castaño al frente del patronato

Marina Castaño, ante la sede de la Fundación Camilo José Cela.
Marina Castaño, ante la sede de la Fundación Camilo José Cela.PATRICIA SANTOS

Dos años después de que se firmara el convenio por el que la Fundación Camilo José Cela pasará a tener carácter público, el Consello de la Xunta se decidió ayer a dar el paso definitivo, lo que supone la intervención efectiva de una entidad en serios apuros a la que la comunidad autónoma aporta en torno al 60% de su presupuesto anual. Lo anunció ayer Alberto Núñez Feijóo tras presidir la reunión del Gobierno gallego. Feijóo aseguró que la contribución de la Xunta no será superior a lo que venía aportando, pero no aclaró quién se hará cargo del pasivo de la institución, creada con la finalidad de velar por el legado del Nobel gallego.

El conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, sustituirá a Marina Castaño, viuda del autor, como presidente del padronato, que estará formado por diez miembros designados por el presidente de la Xunta, el alcalde de Padrón, el rector de la Universidad de Santiago, los presidentes de las cuatro diputaciones, un miembro designado por el Rey, otro por la Universidad de Santiago y otro por la Universidad Camilo José Cela. El acuerdo de mayo de 2010 pasaba por relegar a Castaño a una presidencia de honor sin funciones, pero tampoco este extremo fue aclarado ayer por la Xunta. Otro tanto ocurre con el eventual traslado de los fondos de la fundación desde Padrón a la Cidade da Cultura, que decidirá el patronato. “Lo importante es que lo que Cela dejó en Galicia siga en Galicia”, zanjó Feijóo.

El convenio de 2010 reserva para la viuda el papel de presidenta de honor

Si las intenciones que presidieron el convenio de 2010 no se han alterado, se trasladarán desde Iria Flavia a la Biblioteca de la Cidade da Cultura, en Santiago, todos los manuscritos de las obras de Camilo José Cela, la biblioteca que atesoró durante toda su vida, las ediciones de sus novelas que vieron la luz en el mundo entero, su epistolario y otras colecciones de libros, cartas y originales de diversos autores. La fundación seguirá teniendo su sede en Padrón, en donde quedarán expuestas la colección de pinturas del escritor y otras relaciones de objetos y pertenencias de Cela.

Feijóo delega en el patronato el traslado de Padrón al Gaiás

La gestión de Marina Castaño ha sido objeto de fuerte controversia en los últimos años, en los que se hizo patente la crisis de la fundación. Algunos de los extrabajadores han revelado supuestos abusos en la administración que han llevado al deterioro del legado más rico de todas las fundaciones de autor de España. Creada hace 25 años, los problemas surgieron tras la muerte del Nobel, en 2002. Ahí empezó la agonía de una entidad con un presupuesto anual de 550.000 euros que arrastra graves dificultades financieras por la escasez de patrocinios y que ha pasado de los más de 15.000 visitantes que tuvo el año del fallecimiento de Cela a alrededor de 3.000. En la sede, libros, recuerdos del Nobel y cuadros de su colección se almacenan hacinados, muchos sin inventariar. Hay un miró en un baño, y pinturas muy valiosas (incluidas dos tablas del siglo XIII) sobre radiadores que alcanzan los 65 grados. En medio de las críticas por el desastre contable de la fundación, y entre denuncias de abusos y despilfarro a cargo de la viuda y del gerente, en enero de 2010 un juzgado de Madrid condenó a una sociedad creada por Marina Castaño a pagar 3,9 millones de euros y a la fundación, 1,1 al hijo de Camilo José Cela.

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El BNG pide a la Xunta que abra la investigación que acordó la Cámara

Feijóo destacó que, con el cambio aprobado ayer, la fundación queda sometida al control de la comunidad autónoma y a la transparencia que exigen las fundaciones públicas. El presidente también anunció que uno de los representantes de la Xunta en el patronato será el exministro de Cultura, César Antonio Molina. El BNG, mientras, no tardó en expresar sus reticencias sobre el acuerdo. Su portavoz parlamentaria, Ana Pontón, preguntó precisamente si la intervención de la entidad supone que el Gobierno gallego está asumiendo sus deudas. Pontón se refirió a la gestión “nefasta” y “totalmente despilfarradora” del patronato, y consideró que con su paso a entidad pública, la Xunta le da “un trato de favor” a una entidad “en la ruina”. El BNG preguntó también en qué quedó la investigación que el Parlamento de Galicia solicitó al Consello de Contas, con el acuerdo de los tres grupos de la Cámara.

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