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JOSÉ ANTONIO VARELA | Director de la Ertzaintza

“Hay grupos que aprovechan cualquier pretexto para atacarnos”

José Antonio Varela posa en la sede del Gobierno vasco, en Lakua (Vitoria), ante una bandera de la Ertzaintza.
José Antonio Varela posa en la sede del Gobierno vasco, en Lakua (Vitoria), ante una bandera de la Ertzaintza.L. RICO

El clima de tensión baja, pero lentamente. El fallecimiento de Iñigo Cabacas por un pelotazo de la Ertzaintza ha conmocionado a la sociedad y a la propia Policía vasca. Su director, José Antonio Varela, recupera las “ganas de trabajar”, tras superar su “momento de mayor responsabilidad” profesional.

Perfil

Nacido en San Sebastián (1959), José Antonio Varela forma parte de la primera promoción de la Ertzaintza, que salió a la calle en 1982. Con la llegada del PSE al Gobierno vasco se convirtió en el primer director de la policía vasca formado en sus propias filas. El pasado mes de febrero comandó el trigésimo aniversario. Licenciado en Derecho y con estudios de Psicología por la UNED, ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en la unidad de Tráfico, área sobre la que ha publicado textos teóricos.

Pregunta. ¿Provocó una negligencia la muerte de Cabacas?

Respuesta. La gente sensata percibe que fue una fatalidad. En ningún caso se buscaba ese resultado ni nada parecido. Como en cientos de ocasiones, acudíamos ante las llamadas de auxilio por unos incidentes. Aunque hubiera querido, el agente que disparó no hubiera acertado en el objetivo, ya que los actuales lanzadores de pelotas no tienen elementos de precisión.

P. ¿Es el ertzaina que disparó el responsable de lo ocurrido?

No hay ninguna regulación que prohíba usar las pelotas de goma”

R. Va a ser muy difícil determinar de qué escopeta salió la pelota y la doctrina establece que, cuando no se conoce quién es el autor, la responsabilidad pasa al responsable del operativo. En cualquier caso, habrá que determinar la intencionalidad de lo ocurrido y todo apunta a que el uso del material antidisturbios fue razonable, dado que las otras dos opciones para repeler las agresiones sufridas por parte de una multitud eran la porra y el arma de fuego.

P. ¿No cabe en ningún caso la dimisión de Ares?

R. Si algún consejero ha defendido contundentemente a la Ertzaintza, ese ha sido Rodolfo Ares. Ha dado la cara siempre, defendiendo la profesionalidad de un colectivo por cuyo propio bien hay que investigar lo ocurrido, para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades. Ha existido cierto carroñerismo político en este caso.

P. ¿Por parte de quién?

R. Hay determinados grupos que aprovechan cualquier pretexto para arremeter contra la Ertzaintza, porque es la que les ha impedido crear espacios liberados en la calle. Gente del mundo radical, asocial y antisistema, que recurre a cualquier excusa, como el fútbol, con ocasión de los éxitos del Athletic, para montar bronca y generar violencia. Ocurre también en otros sitios, pero en este país ya sabemos qué sector ha fagocitado y aglutinado a ese mundo.

P. ¿Ha tenido más repercusión el trágico suceso por afectar a un aficionado del Athletic?

R. Todos sabemos el símbolo que es el Athletic, pero si se hubiera producido el mismo caso con otra persona, la respuesta por parte de la Ertzaintza hubiera sido idéntica.

P. ¿Cómo va la investigación?

R. En manos de la Justicia, a cuyas órdenes se ha puesto a trabajar a un equipo de agentes que no van a tener ningún contacto con sus superiores. Policía judicial, en sentido estricto. Eso no quiere decir que nosotros, desde la propia Ertzaintza, no estemos haciendo cosas.

P. ¿Como cuáles?

R. Analizar nuestros procedimientos para establecer protocolos que regulen con más detalle la forma de actuar ante las alteraciones de orden público y el uso del material antidisturbios.

P. El fallecimiento de Cabacas ha acelerado la renovación de este último.

R. La introducción de los nuevos lanzadores de pelotas ya estaba prevista como complemento a los de ahora, pero no porque hayamos recibido una orden al respecto. No existe ninguna directiva europea que prohíba el uso de los actuales dispositivos y, si lo que existe es una recomendación, que me la enseñen, porque nosotros no la hemos recibido ni encontrado.

P. ¿Han reaccionado de forma correcta los sindicatos?

R. Respeto su papel, pero han tenido posiciones contradictorias entre ellos y cambiantes con el paso de los días. Incluso ha habido uno, cuyos representantes ni siquiera son ertzainas, que solo ha querido hacer política. Creo que hay que desvincular las demandas laborales de un caso como el de Cabacas.

P. ¿Cómo está la plantilla?

R. Preocupada por lo que ha ocurrido, pero sabedora de que estas cosas pueden suceder y de que el trabajo policial no es fácil. La sociedad nos exige moderación, pero la gente, al mismo tiempo, nos reclama que acudamos con urgencia a la llamada de quien nos necesita y resolvamos rápido el problema, a ser posible, sin que ni se nos vea.

“El tipo de violencia ha cambiado”

Pregunta. El fútbol se está convirtiendo en excusa de múltiples incidentes.

Respuesta. Lo curioso es que están ocurriendo después de los partidos. Y lo triste, que no se producen fuera y sí cuando otros equipos vienen aquí. En parte, porque en España existe la libertad deambulatoria y no disponemos de medidas como la detención administrativa, que sí se aplica en otros países.

P. ¿Están identificados sus artífices?

R. Estamos ejerciendo un control cada vez mayor sobre ellos. Se trata de pequeños grupos, pero son el reflejo de un nuevo tipo de violencia, de alteración del orden público, a la que tenemos que adaptarnos con nuevos procedimientos.

P. ¿En qué ha cambiado el escenario?

R. Antes nos atacaban con el lanzamiento de rodamientos, cócteles molotov y hasta cohetes con ácido en la punta. Ahora nos siguen tirando objetos contundentes, pero botellas, piedras... Hay un cambio en el tipo de algaradas y nuestra respuesta tiene que ser distinta.

P. ¿En qué sentido?

R. Hubo un momento en el que, de la necesidad, hubo que hacer virtud. Las acciones de guerrilla urbana, perfectamente planificadas y organizadas, se producían en distintos puntos de Euskadi al mismo tiempo, lo que nos obligó a dar una respuesta simultánea en múltiples escenarios. La Brigada Móvil no podía llegar a todos los lugares y hubo que dar a los agentes de Seguridad Ciudadana una formación muy superior a la de otros cuerpos policiales. La situación es otra ahora y habrá que replantearse los recursos.

P. Ares ha achacado el ligero repunte de violencia callejera a nostálgicos de la kale borroka. ¿Hay también ertzainas nostálgicos de las grandes actuaciones de otro tiempo?

R. No.

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