Los refugiados cubanos acampan para forzar una solución a su desamparo
Exprisioneros políticos refugiados en España protestan tras quedarse sin ayudas
Un grupo de 22 cubanos, entre exprisioneros políticos y familiares, acampó anoche ante la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación para intentar forzar una solución a su penosa situación económica. Entre 2010 y 2011, España y La Habana firmaron un acuerdo que permitió liberar y trasladar a España a 115 expresos políticos y 650 familiares. Pasado un año de su llegada, los exiliados han ido perdiendo las ayudas del Gobierno y se están quedando sin recursos, ya que la inmensa mayoría no ha logrado empleo estable.
Yosnel Bautista, de 29 años, ingresó en prisión tras intentar llegar a Estados Unidos en lancha, pero fue detenido junto a otras seis personas. Estuvo cinco años y tres meses en una cárcel cubana. Hasta que en abril de 2011 llegó a España. Durante el último año ha vivido en Málaga, que fue adonde le envío el Gobierno, que distribuyó a los cubanos por todo el país. A Bautista se le acabó la ayuda el pasado 8 de abril, 12 meses tras su llegada. De momento, parte de su familia sigue en el piso que se le facilitó, el cual sigue pagando con el mes de fianza que le queda, pero el día 30 tendrán que abandonarlo. Y no tienen a dónde ir ni dinero para pagar una alternativa. Anoche durmió sobre una plancha de cartón, bajo los soportales de la plaza de la Provincia, a dos pasos de la plaza Mayor, junto a otros 21 compatriotas y sus respectivas maletas, que arrastran consigo desde el lunes, cuando fueron llegando a Madrid procedentes de distintos puntos de España.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha admitido hoy que el tema de los cubanos "no es sencillo" y que están "en una situación difícil". Se ha comprometido a que el Gobierno les ayude a convalidar sus títulos profesionales y, en general, a tratar de facilitarles la búsqueda de empleo. "A eso es a lo que les vamos a ayudar", ha remachado, dando a entender que no barajan una prórroga de las ayudas.
Los cubanos han acogido estas declaraciones con optimismo pero las consideran insuficientes para levantar el campamento. "Lo que dice el ministro para nosotros es una esperanza, pero lo que quisiéramos es que fuera en un plazo de tiempo corto, porque si no, el día 30 nos quedamos sin sitio en el que dormir. Nosotros buscamos una repuesta concreta, de lo contrario aquí estaremos", dice este Bautista. "Lo de las convalidaciones lo tenían que haber arreglado hace tiempo. Cuando buscamos trabajo, lo primero que nos piden es el título, pero no tenemos nada que enseñar", añade el exprisionero, mecánico de profesión. "En el convenio que firmamos se recoge la convalidación de títulos, pero no se ha hecho", añade su cuñado, Walter Ricardo, de 43 años. "Si lo hubiesen arreglado desde el principio, a lo mejor ya tendríamos trabajo". Entonces interviene José Luis Pérez, cuñado de otro preso: "Yo en Cuba era oficial de fábrica, trabajaba 16 horas y cobraba 10 euros al mes, 250 pesos. Si nos dicen que hay que picar piedra por cinco euros la hora no queda piedra en España que los cubanos no hagamos polvo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.