Trias descarta subir las tarifas de metro y autobús a pesar del recorte de Rajoy
CiU confía que Barcelona reciba más partidas tras las enmiendas a las cuentas
Barcelona es un buen estudiante, que ha hecho todos los deberes con sus números, pero recibe las orejas de burro. Las metáforas escolares afloraron ayer tanto por parte del alcalde, Xavier Trias, como del jefe de la oposición, el socialista Jordi Martí, para describir cómo queda la ciudad ante las malas perspectivas de los presupuestos generales de Mariano Rajoy. El PSC también criticó la forma, a su juicio mala, en que el gobierno municipal ha defendido los intereses de la ciudad.
En el proyecto de presupuestos, aún suceptible de negociación en el Congreso, Barcelona pierde inversiones en el apoyo a las entidades culturales —se reducen al nivel de 2005— y se obvian infraestructuras claves como el corredor mediterráneo y los accesos definitivos, viarios y ferroviarios, al puerto. Pero sobre todo las previsiones reducen el 30% las aportaciones al ya débil sistema de financiación del transporte público. Trias puso allí una línea roja y avisó que “de ninguna de las maneras” se subirá de nuevo la tarifa de metro y bus, al menos este año.
Trias centró su queja en que desde 2010 el Estado ha reducido el 38% sus aportaciones a la Autoridad Metropolitana de Transporte (ATM), que también es financiada por la Generalitat y otras instituciones. La ATM recibía 150 millones de euros en 2010 y pasó a 133 millones en 2011. Este año solo llegarán 93. A principios de año, una subida en las tarifas llevó a que la T-10, el título más común, subiera un euro y se situara en 9,25. Por otra parte, el acuerdo de traspaso de Rodalies pasó de 50 millones a ocho.
Las dificultades económicas de Transportes Metropolitanos de Barcelona, empresa que recibe el dinero de la ATM, casi desembocan en la primera huelga de autobús y metro de la era Trias. Las ajustadas cuentas de la empresa, que ya recortó algunos servicios, le impedían cumplir los convenios colectivos. “Si seguimos haciendo déficit en el transporte público, hundiremos el sistema”, puntualizó el alcalde, que también criticó que el Gobierno central ignore el plan de ajuste financiero de la entidad.
El alcalde fio la mejora de las cuentas para Barcelona a las posibles negociaciones en el Congreso. Por eso hizo un llamamiento a todos los grupos a unirse para consensuar las enmiendas. El Partido Popular insiste en que el desglose de las partidas globales incluye más dinero para la ciudad en puntos como los accesos al puerto. “Que nos lo pongan en letra bien clara”, replicó Trias.
“Estas cuentas son injustas con una ciudad que ha hecho los deberes y tiene capacidad de ser motor para salir de la crisis”, argumentó el alcalde, y aprovechó para hacer la comparación de rigor con Madrid, mucho más endeudada que Barcelona. “Las 21 instituciones culturales de la ciudad reciben la mitad del dinero que el Museo del Prado”, se quejó. Jordi Portabella, de Unitat per Barcelona, apostilló que las cuentas tienen la “voluntad de maximizar Madrid y minimizar Barcelona”.
Los deberes seguirán: Trias destinará una parte de los 117 millones de euros de la liquidación positiva de 2010 con el Estado a alcanzar el déficit cero en las cuentas municipales ene 2012, en lugar de 2013, y así cumplir el requisito estatal. El resto se dedicará a inversiónes que tendrán que ser consensuadas con el PP.
Martí consideró “difícil” que el trámite parlamentario modifique las cuentas. “El PP no tiene necesidad de hacer juegos de mano porque tiene mayoría absoluta”, dijo. Él cree que las modificaciones vendrán de las negociaciones internas del PP. El líder del PSC también cuestionó el resultado de las visitas que realizó Trias a los ministros de Fomento y Hacienda: “No hay que malgastar, pero tampoco ser el primero de la clase, y lo que Barcelona necesita ahora es poder hacer gasto social. Trias debe plantearse si continúa pactando con quien luego le castiga”.
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