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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Suicidios

España tiene un exceso de infraestructuras para ricos

La noticia ha dado la vuelta al mundo. Un jubilado griego se ha pegado un tiro frente al Parlamento. Dejó una carta en la que explicaba estar harto de buscar comida en la basura y más harto aún del desprecio que su gobierno muestra hacia los ciudadanos. El suicidio encendió aún más los ánimos y las calles de Atenas y por unas horas la indignación hizo presa de una muchedumbre alborotada y alborotadora.

La solución a la crisis ¿pasa por empobrecer a la población? Grecia, Portugal y ahora España han disminuido los servicios públicos, la asistencia social y los salarios como fórmula para acabar con el déficit, un déficit que muchas veces han sido causados por el despilfarro gubernamental y la megalomanía de los dirigentes.

En la Comunidad Valenciana se han multiplicado las obras y los gastos a la mayor gloria de sus dirigentes, confiados en que el pueblo les seguirá votando hagan lo que hagan. Y en base a ello, gobernantes de dudosa reputación como el castellonense Carlos Fabra se han atrevido hasta a construir aeropuertos costosos de edificar y mantener sin prestar servicio.

Gobernantes de dudosa reputación

España tiene un exceso de infraestructuras para ricos. El AVE es el mejor ejemplo. Decía el fabricante del Talgo que lo que hay que hacer es arreglar las vías porque, arregladas, los trenes normales pueden alcanzar velocidades suficientes, como ha demostrado el propio Talgo que por la vía del AVE llega a los 200 kilómetros por hora. Es un poco ese carácter fallero exaltado que no hace las cuentas cuando se trata de celebrar la valencianía.

Tanto el partido socialista como el popular han caído en esos excesos dotando, por ejemplo, a todas las autonomías de una televisión pública propia cuyos índices de audiencia son bajísimos.

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Los suicidios y las enfermedades mentales crecen en la Europa sureña, de rodillas ante los todopoderosos norteños, que se han adueñado de los mandos. Se hace urgente una contestación ciudadana para cambiar el rumbo de esta política.

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