La justicia ratifica el veto a la procesión atea del Jueves Santo en Madrid
Dos de los convocantes de la marcha habían recurrido al TSJM la negativa de Cristina Cifuentes El tribunal madrileño no admite un recurso y desestima otro
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha vetado la procesión atea, convocada por segundo año consecutivo para el Jueves Santo en la capital, al inadmitir el recurso de una de las demandantes, Asociación de Vecinos La Playa de Lavapiés, y desestimar el de la otra, la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL). La Justicia da así la razón a la Delegación del Gobierno, que había prohibido la marcha por su "evidente voluntad de provocación".
Los jueces de la sección novena de la Sala de lo Contencioso-administrativo del TSJM son los mismos que lanzaron tres varapalos contra la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, al rechazar la modificación de horarios y de recorridos de tres protestas y manifestaciones durante la huelga general de ayer.
En este caso, los magistrados inadmiten el recurso de la Asociación de Vecinos La Playa de Lavapiés al entender que no han aportado la documentación necesaria. En concreto se refieren a los estatutos de la asociación que le permitan recurrir ante el tribunal ni el acta de la reunión en la que se decidiera dicho recurso. "No consta que quien ha decidido la interposición del presente recurso sea el que, según los estatutos sociales, tenga facultades en ese sentido, es decir, haya resuelto por decisión propia de su propia voluntad ejercitar la acción judicial que ahora se ventila", relatan los magistrados del TSJM en la sentencia, cuyo ponente ha sido el presidente de la sala novena, Ramón Verón Olarte.
Donde sí entran los jueces a valorar es en el recurso presentado por AMAL. La sala novena empieza precisando que no existe ningún derecho fundamental (incluido el de reunión) que sea "absoluto o ilimitado". Los magistrados deciden rechazar la celebración de la manifestación el Jueves Santo por ser "una de las festividades claves en la religión católica" y por las procesiones que durante ese día se celebran. "En ellas participan activamente los católicos, pero también otras personas con intereses culturales o meramente turísticos. Se ha de hacer hincapié en que esa festividad tiene una relevancia fundamental dentro del mundo católico por la conmemoración del día y en que, consecuentemente, es merecedor de protección, pudiendo justificar la restricción del uso de la vía pública a otros grupos de personas cuando su uso no sea compatible", añaden.
Nuevo intento, nueva negativa
Los mismos peticionarios de la manifestación para la tarde del Jueves Santos han presentado una nueva solicitud para la mañana de ese mismo día, entre las 12.00 y las 14.00, y con el nuevo recorrido. Y de nuevo se han encontrado con la negativa de la Delegación del Gobierno en Madrid a su protesta, según han informado fuentes de este departamento.
La solicitud se ha presentado esta semana ante el riesgo de que los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) les denegasen el recurso, como han hecho. Pero la delegación ha utilizado los mismos argumentos para rechazar la nueva marcha: el día elegido, el interés turístico, la afluencia de católicos y turistas y el riesgo de que se pudieran producir altercados.
En esta ocasión, los solicitantes no han presentado la documentación con la que acreditasen representar a ninguna organización. Con ello parecen dar a entender que lo hacen a título particular, según fuentes de la Delegación del Gobierno.
Los jueces recuerdan que se dio la opción a los convocantes de cambiar el recorrido para que no coincidiera con el recorrido de las manifestaciones. Eso sí, los peticionarios siempre exigieron que la manifestación se celebrara en Lavapiés ya que su mensaje iba dirigido a los católicos. "Por todo ello, el lugar elegido para manifestarse debe ser calificado de específico y esencial. Y en esa situación, a la Delegación del Gobierno sólo le cabía o darse por enterada de la manifestación y permitir su celebración o prohibirla de manera absoluta, como ha acordado, sin que cupieran posiciones intermedias no deseadas por los interesados", relatan los magistrados del TSJM. "Se debe dar preferencia a las manifestaciones religiosas antes expuestas, sin que sea preciso analizar el resto de las cuestiones aducidas por la parte actora al estar debidamente justificada la restricción del derecho de expresión por ser proporcional la medida adoptada", concluyen.
Este es el segundo año que las asociaciones ateas convocan la protesta en contra de los privilegios de la Iglesia y reciben un no por respuesta. El año pasado, acabaron celebrando la procesion atea un mes después de la fecha solicitada. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, prohibió la marcha por su "evidente voluntad de provocación" y el Ayuntamiento respaldó la decisión. Miguel Ángel Villanueva llegó a decir que era "de sentido común" no permitirla.
El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Iñigo Henríquez de Luna, también mostró su apoyo a la prohibición de la marcha por considerarla "un atentado contra la libertad religiosa". Y la organización Más Libre, que había recopilado 31.000 firmar para exigir que la marcha no se autorizada, mostró su satisfacción porque, a su juicio, Cifuentes evitaba con su decisión un "aquelarre laicista".
Dos de los organizadores de la protesta, La Playa y Amal -también convocan los grupos anarquistas Voila y Albatros y la asociación La tetera de Russell- respondieron recurriendo la decisión ante el TSJM con un escrito en el que discuten los seis motivos que dio Delegación del Gobierno para rechazarla. La prohibición "no tiene base firme ni normativa" y supone "una visión muy política y partidista", explicó a este diario Luis Vega, presidente de Amal, quien puntualizó, además, que no están "en contra de las procesiones de Semana Santa".
Los convocantes aclararon cuando interpusieron el recurso que "no protagonizarán ningún acto violento" y que "el derecho a la libertad religiosa debe ser para todas las partes", por lo que los ateos pueden manifestarse un Jueves Santo, pacíficamente, para protestar por "los beneficios" de la Iglesia católica. Las asociaciones promotoras de la marcha atea no descartan manifestarse a pesar de la prohibición aunque primero tienen que votarlo en asamblea. Cifuentes advirtió de que si insistían en manifestarse se "aplicaría la Ley y garantizaría el orden público y la seguridad de los madrileños".
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