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HUELGA GENERAL CONTRA LA REFORMA DE RAJOY

Vuelve el Ferrol combativo de los ochenta

La ciudad vive la mayor movilización desde la reconversión de Astano

Cordón de antidisturbios a las puertas del hipermercado Alcampo de Ferrol.
Cordón de antidisturbios a las puertas del hipermercado Alcampo de Ferrol.GABRIEL TIZÓN

“Volvemos al franquismo”. La cuna del movimiento obrero y ciudad natal de Ignacio Toxo, líder de CC OO, se revolvió ayer contra la reforma laboral como lo hacía contra la dictadura cuatro décadas atrás con la mayor movilización que recuerda la urbe desde la reconversión de Astano en 1984. “Si luchamos contra Franco para arrancar derechos en peores condiciones, sabremos pelear ahora para que no nos los quiten”, proclamó entre vítores Jose María Freire, de la Unión Sindical de Traballadores Galegos (USTG).

Con los astilleros públicos de Navantia, motor económico de la comarca, al borde de la asfixia y 5.000 empleos en la cuerda floja a partir de junio, miles de vecinos de una ciudad fantasma —“el 90%” de la industria, el transporte y el comercio cerraron, según las centrales— se echaron a la calle a mediodía en dos marchas multitudinarias. No circuló ningún bus y en un tramo recto de cinco kilómetros entre los ayuntamientos de Ferrol y Narón apenas abrieron sus puertas ocho establecimientos, dos de ellos farmacias.

La jornada discurrió con una calma sorprendente pese a la conflictividad social acumulada durante meses de despidos encadenados entre las auxiliares del sector naval y los servicios. CC OO y UGT reunieron a 40.000 personas que la policía local rebajó a 16.000 en una marcha que se atascó por completo en la calle Real. Una hora más tarde, la CIG concentró a unos 10.000 huelguistas que solo fueron 6.000 para el gobierno local. Aparcando la guerra de cifras, fue “la mayor manifestación de la ciudad en décadas y con una convicción que hacía años que no se veía”, reflexiona un veterano líder sindical.

Unos y otros clamaron contra “el desmontaje del Estado social” que ha puesto en práctica el PP. “La huelga general es una inversión de futuro de la clase obrera para el conjunto de la sociedad”, proclamó Xulio Abelleira, de CC OO, que le dejó un recado a Rajoy: “Un gobierno democrático tiene que escuchar y obedecer”.

“Volvemos al franquismo: a los salarios de miseria, los despidos fáciles y unas condiciones tiránicas más propias de una dictadura que de un Estado de derecho”, expuso César Fraga (UGT). La CIG habló de “triunfo social” sobre una reforma “que no es negociable” y exigió a Rajoy que “saque de Galicia a sus lacayos [por Feijóo]”.

El comercio cerró en bloque —salvo Alcampo e Hipercor, que esquivaron a los piquetes abriendo a ratos—, aunque los dueños de los establecimientos matizaron que su protesta es por la caída de las ventas y el abandono del centro urbano. Durante la madrugada ardieron contenedores y ruedas en los accesos a los polígonos de Ferrol, Fene y As Pontes, localidad industrial donde el seguimiento ha sido “masivo”, según CC OO.

Todos los sindicatos reclamaron explicaciones a la policía local por la “brutal agresión” a un delegado de UGT que fue derribado por la espalda “sin mediar palabra” por un agente cuando “iba de camino a casa”. A Juan José Couso, de 63 años, la trifulca le dejó un ojo morado, una fisura en la muñeca y varias contusiones. La policía lo acusa de quemar contenedores. Couso lo niega y la central se querellará contra el agente que lo agredió. Un conductor aparentemente ebrio arrolló a una mujer y su hijo en pleno centro. Los huelguistas de la CIG lo cercaron y fue detenido.

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