Cirugía de lujo para Loewe

Alfombra roja, cinta de raso y champaña. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, inauguró ayer oficialmente la reforma de la tienda de Loewe en el céntrico paseo de Gràcia de Barcelona. Con estas obras, la entrada a la tienda se ha trasladado de una esquina del edificio, donde estaba desde 1943, a la entrada de carruajes original de la casa Lleó i Morera, que construyó el arquitecto Lluís Domènech i Montaner en 1905, según explicó Montse Dalmau, directora de la tienda.

La alfombra roja sirvió para oficializar la reapertura de un establecimiento de tres plantas y conocer la historia de esta marca de lujo fundada en 1846. La noche de Loewe acabó con un desfile de su colección de mujer para el próximo otoño-invierno en la vecina Fundación Tàpies.

La tienda del número 35 del paseo de Gràcia es una de las más antiguas de la compañía y la más importante de la marca a nivel mundial en puntos de venta y en espacio (644 metros cuadrados), y por su ubicación, la que recibe más visitas.

El proyecto de reforma que firma el estudio de arquitectura de Peter Marino ha recuperado ahora parte de los elementos originales de la casa modernista, como la columna rosa en la esquina de la fachada y tres fragmentos de techos florales originales en el interior que se salvaron de la destrucción de 1943, que se llevó por delante las famosas ninfas de Eusebi Arnau y acabó con el aspecto original de la fachada. La restauración no ha comportado la recuperación de estas figuras ni de ninguno de los tres escaparates originales, que se han cubierto parcialmente con el logotipo de la marca de lujo.