Más paradas de taxis en el centro para mejorar el tráfico y la calidad del aire
El Ayuntamiento negocia la conveniencia de implantar nuevas ubicaciones
En Madrid hay 15.710 licencias de taxi y “clientes solo para una tercera parte”, según denuncia la asociación mayoritaria del sector. El resto debe errar por la ciudad durante jornadas que oscilan entre un máximo de 16 a 18 horas, atorando sus arterias y ensuciando el aire (la capital rebasa la normativa europea para óxidos nitrosos, debidos al tráfico y, singularmente, a los vehículos diésel). Existen 387 paradas, con 5.214 plazas, a todas luces insuficientes para la oposición —así lo denunció UPyD en el último pleno, y los socialistas se unieron a la queja— y para el sector, que asegura además que los vehículos se detienen y forman largas filas en lugares no reglamentados (Puerta del Sol, Gran Vía, calle de Serrano, en algunos hospitales) debido a esta escasez de paradas.
El delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, defendió entonces que “es difícil encontrar ubicación para estacionamientos”, pero avanzó que está debatiendo con los taxistas “la conveniencia de implantar paradas emblemáticas en el centro”. La asociación mayoritaria, la Gremial (que representa a dos tercios de las licencias), ha solicitado 80 nuevas paradas y dice que se le han concedido cinco. Mantener todos esos coches circulando “es caro y contamina”, asegura. Y supedita a los avances en este sentido la decisión de levantar su veto sobre una medida largamente anunciada por el Consistorio: establecer una tarifa fija por el trayecto previo cuando se pide un taxi por teléfono.
El Ayuntamiento anunció hace seis meses un acuerdo con las dos asociaciones mayoritarias para que el cliente abone siempre la misma cantidad, cinco euros, independientemente de la distancia recorrida por el taxista para acudir a recogerle. Sin embargo, la puesta en marcha de este sistema se ha retrasado al menos hasta final de año, y la oposición de la Gremial podría aparcarla indefinidamente.
Nueva tarifa
En diciembre, al entrar en vigor las tarifas para 2012 (con una subida del 1,63%, por debajo de la inflación), el Ayuntamiento anunció otra vez el nuevo sistema. Luego puntualizó que la medida requería de un cambio a incluir en la negociación de las nuevas ordenanzas del taxi.
Hasta entonces, el cobro del trayecto previo sigue rigiéndose por el reglamento regional 74/2005, que no señala un precio máximo. “El taxímetro puede ir contando desde la plaza de Castilla hasta su casa en Alcobendas”, señala Joaquín Navas, vicepresidente de la Federación Profesional del Taxi, que representa a unos 5.000 profesionales. “Es un tema que está en negociaciones, porque se acordó con la anterior junta directiva de la Gremial, y ahora debe debatirse de nuevo”, añade. En su opinión, el sistema propuesto ofrece “garantías y transparencia al usuario, y evita que se pueda llevar sorpresas”.
Desde la Gremial, sin embargo, no lo ven tan claro. O mejor dicho, lo ven igual de claro, pero justo al revés. Ángel Julio Mejía, vocal de la nueva directiva elegida en octubre, explica que lo primero que hicieron al llegar al poder fue parar el nuevo sistema. Según cuenta, ahora el cliente paga entre cuatro o cinco euros como máximo. ¿Por qué se opone entonces al nuevo sistema? “En el área de prestación conjunta del taxi hay 40 municipios. Si un cliente pide un taxi en Chinchón, donde no hay parada establecida, el coche debe venir desde Arganda, y no va a ir por cinco euros”.
“Me gustaría que hubiera una parada a menos de cinco minutos de cualquier punto, de forma que el taxista no tuviera que recorrer una gran distancia para acudir a la llamada del cliente. Cuando en una parada no hay coches, tienen que ir desde otra. Así no se puede asegurar que el precio máximo vaya a ser cinco euros”, concluye Mejía.
La Asociación Gremial tiene otras tres peticiones para el Ayuntamiento, que también están siendo estudiadas: que se cobre una cantidad fija (entre 30 o 35 euros, por ejemplo) por el trayecto del aeropuerto de Barajas a cualquier punto del centro de la capital; que se permita operar a taxis con más de cuatro plazas para estos viajes, cobrando un suplemento por butaca (“se terminaría así con las furgonetas que llevan a viajeros cobrándoles una barbaridad”, explica Mejía); y que los taxis no puedan trabajar más de 16 horas (en la actualidad, los coches con dos o más conductores pueden hacerlo hasta 18; en el sector hay unos 8.500 asalariados que llevan vehículos cuya licencia no les pertenece).
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